martes, mayo 23, 2006

alegato anecdotario tiratinta

¿Cuales son los colorantes permitidos?
ALEGATO ANECDOTARIO TiRaTiNTa


A mi amigo Globu y en él a todos los responsables no inscriptos que Andan dando vueltas







Buenos Aires, mayo 2001


El presente trabajo de investigación se presenta a los efectos de cumplir con lo requerido por la CoDeHiNa (Comisión de Estudios Históricos Nacionales). El mismo se expone como una breve reseña, resultado de las entrevistas que este grupo de trabajo sostuvo con algunos de los protagonistas directos, razón por la cual lo aquí vertido, su veracidad y afirmaciones quedan bajo exclusiva responsabilidad de los entrevistados.
Aclaramos que como redactores/investigadores nos hemos abstenido de formular conclusión u opinión alguna aunque hemos dispuesto el orden del texto para su interpretación.



prólogo del melodrama

Estaría de más decir que, como desde siempre, somos parte integral de una guerra. Una guerra entre nosotros mismos, todos contra todos. Dicho conflicto bélico, se manifiesta y se respira en todos los frentes posibles, los físicos, los mentales y los emocionales.
Las críticas a estas circunstancias se pueden seguir haciendo por siempre. Las críticas nunca son constructivas. La visión de un error, el reconocimiento del mismo y la implementación de una estrategia diferente con objeto de subsanarlo, nunca puede llamarse crítica.
Esta totalmente claro y a la vista, el hecho de que uno o varios jamás podrán conformar o contentar a todo el resto y, lo que es peor, ni siquiera a una mínima mayoría. Por consiguiente, dado que no se establecerá nunca una solución a las diferencias que difieren nuestros conceptos, no intentaremos exponer ni valores de verdad, ni de juicio generalizante. Para algunos de nosotros esta es solo una historia del devenir, que debe ser contada y no explicada o defendida. Lo que está, lo que se expone, es solo eso, una compilación de datos sobre hechos acaecidos en la ciudad de Buenos Aires entre marzo y abril de 1993. La exageración, exacerbación, exaltación o defenestración de las circunstancias o sus protagonistas no es una cuestión que nos ataña. Ni siquiera es asunto nuestro establecer un orden, ya sea temporal, cronológico o teórico sobre los hechos, más allá del estrictamente necesario para acceder a la comprensión del texto.
Eduardo Adiosgracias
Jefe Dto. Investigaciones Históricas

Nota de los redactores:
Luego de un intensivo y minucioso trabajo de investigación, de horas y horas de largas entrevistas con cada uno de los integrantes de los iniciales Tiratintas: nos ha quedado la impresión de que cada una de las distintas declaraciones podrían haber venido de una misma persona. De no constarnos lo contrario (que si se trataba de diferentes personas y dispares personalidades) nos hubiera resultado imposible comprender la similitud, no solo de sus ideas y acciones sino tambien la forma en que han construido, concebido y desarrollado las mismas, como si la verdadera entidad fuera la idea en si y los individuos los distintos alter ego de la misma.

Comienza libro hoja 4


Los Productos de consumo masivo son las mas efectivas armas de destrucción masiva

1- CONTRARIEDAD DE LA CONTRADICCION

". . . caminábamos los tres juntos. Al pasar por una esquina vimos a un hombre, algo grande, que le gritaba a uno de esos odiosos perritos falderos simulando un enojo que no tenia " pandy, vení para acá". El perrito volvía sobre sus pasos con la cola entre las patas pero al vernos empezó a seguirnos y el tipo volvió a llamarlo. Rizzi tentado, en un arrebato, agarró al perro y emprendió una carrera de unos 30 metros mientras yo miraba al hombre que puso cara de vida destruida, de asombro pre-infarto. Rizzi largo al perrito que huyo a los brazos de su dueño, "los perros no tienen amigos tienen dueños", dijo y se rió. Nosotros también nos reímos. Por poco lo mata del susto, al tipo ese, el hijo de puta. Esta claro que por ese entonces ya estábamos dispuestos a destruir todo tipo de estructuras. . ."
belno

". . .Aquella era otra época, no esta, sin embargo, fue el preludio de lo que después descubrimos y ahora sabemos. No por eso debemos obviarla ni hacerla ver obvia. Porque en verdad, en ese tiempo, lo que hoy es evidente para muchos era invisible para la gran mayoría pero no para nosotros.
Ya en ese entonces, existían aquellos que querían convertirse en lo mismo que siempre habían criticado sin el más mínimo interés en generar o generarse una situación o una base distinta y distintiva de aquella que siempre habían atacado y acatado. Esto hacía vernos a nosotros, los teóricamente progre, como guardianes de una ética que tranquilamente podía confundirse con un seudo principio moral y retrogrado. Entonces descubrimos que también la falla primigenia radicaba en nuestro primer objetivo: La búsqueda de una realidad alternativa a lo establecido o tal vez, la perversión y mal interpretación de aquel orden establecido nos trancaba al inicio y en el transcurso de ese fin.
Siempre a flor de labios, estaba la crítica, el prejuicio y el juicio de valor. No conocíamos otra manera de comenzar ni de analizar los hechos separados de todas nuestras cargas. Los lineamentos tan claramente implícitos en nuestro accionar no nos evadían de la contradicción como tampoco lo hacia la tangibilidad de nuestra tangencia calculada. La elección del margen y no de la marginalidad como instrumento de aclaración y no solidarización con lo que para nosotros siempre fue visiblemente perverso, se consolidó como primer paso para desarrollar una posición, que si bien, no era totalmente contraria, era contrariante. Establecido el parangón de diferenciación, el entendimiento nos sumió en la guerra que hasta entonces no habíamos reconocido. . ."
Leser

". . .Senito subía al colectivo, se ponía a hablar como si fuera un vendedor. Damas y caballeros ante todo disculpen las molestias, les voy a pedir un momento de su amable atención, para decirles que estamos acercando a ustedes directamente de la casa senito de Lavallol una oferta, mejor dicho una oportunidad única que no se puede dejar pasar, yo mismo. Cualquiera de ustedes puede llevarme a su hogar y hacerme su esclavo. El speech era tan elocuente que si no le prestabas atención en realidad suponías que era otro vendedor, hasta hacia demostraciones, levantaba cosas, simulaba lavar platos, planchar o clavar clavos, sugería temas de conversación para acompañar soledades. La gente que le hacia caso no sabia si reírse, la mayoría disimulaba. Al final, como hacen los vendedores pasaba por los asientos repitiendo alguien va a querer otro. Otra persona digo porque tengo 11 hermanos y una hermanita y solo por hoy usted estaría llevándose dos al precio de uno. Otras veces hacia lo mismo pero en vez de venderse insistía en comprarle cosas a la gente. un par de veces le pegaron, lo maltrataron y hasta una vez un chofer que ya lo conocía lo bajo a las patadas del bondi porque creía que era una falta de respeto para los que en verdad se ganaban la vida vendiendo en los transportes públicos. Para senito esa gente perdía la vida haciéndolo pero ese era otro tema, el solo accionaba contra la inercia de la indiferencia. . ."
belno

“ Una vez estábamos en el subte y Senito arrancó con el numerito del vendedor sincero. Sacó un cortaplumas con alicate del bolsillo y empezó con las demostraciones de rigor aduciendo que dicho objeto era una porquería y que él como representante de una firma no tan seria, se veía en la obligación de promocionarlo por cuestiones de necesidad laboral. Entonces lo ofrecía hablando o mejor dicho, criticando las prestaciones inútiles que tenía la cosa, su baja calidad y duración y demás detalles que no recuerdo. Cuando terminó de hablar, preguntó quien quería adquirir los últimos tres que le quedaban y cada uno de nosotros levanto la mano. Como éramos cuatro o cinco, no alcanzaban las unidades como para satisfacer a todos. Comenzó un forcejeo entre nosotros que derivó en insultos y golpes ante la mirada de incomprensión absurda de los demás pasajeros. . .”
Rizzi

". . .La lucha fue entablada contra él sálvese quien pueda, incluidas todas sus mezquindades e indiferencias derivadas. Otro grueso error, Nosotros también éramos mezquinos e indiferentes. Ante ese consabido argumento que siempre fue destructor de argumentos, frases como: "Quien este libre de pecado que tire la primera piedra” o “haz lo que yo digo y no lo que yo hago", nos hicieron victimas de nuestra propia incomprensión y terminamos por confundirnos. ¿De que lado o por donde encarar el problema, por el entendimiento y la comprensión o por la desaforación de la violencia de la acción directa in meditada e inmediata?.
Como en aquel momento, hoy, la disyuntiva nos lleva a buscar no una tercera posición sino una actitud flexible que, a la vez, nos permita sustentar el principio fundamental: "Compartir el mundo". Sin lugar a dudas, nadie pretendió convertirse ni en juez, ni en dios, ni en el portador de otro engañoso mensaje libertador. Muchas veces habíamos visto a grandes multitudes sensibilizarse y bajar la guardia, nosotros mismos habíamos sido parte de aquello sin ver o vislumbrando vagamente el peligro. Vamos, yo sé que todo esto no hacia más que alimentar nuestra rebeldía, nuestra frustrante actitud de no dejar soltarse, de no confiar porque en la guerra el que confía, cae.
Por supuesto, no sabíamos nada de esto por entonces, solo actuábamos por diversión instintiva, solo actuábamos porque ante tanta parafernalia estúpida, la nuestra, la antisocial, no la era más. Ridiculizar, fue el hecho primordial. Exponer a las situaciones y actitudes ridículas a lo que los demás podían tomar como vergonzante. En eso siempre hubo saña más no hubo ensañamiento. La agresión siempre trató de ser más fuerte que la física, las manchas trataron de ser emocionales con el fin de limpiar el espíritu.
Ahora bien ¿quienes nos creíamos nosotros como para llevar adelante esa tarea? Nadie. Otro grupo desorganizado de tontos buscando diversión y redimimiento de sí mismos. En esa búsqueda de defectos para recalcar encontrábamos los propios. Éramos y somos unos idiotas ya lo sé, pero quien va a proponer una alternativa ahora. Nuestros errores proyectados en los demás, nuestras negaciones/culpas/negligencias adjudicadas a los otros, solo hablan del resultado de la guerra que, aunque este perdida, seguiremos peleando. . ."
Leser

". . .nosotros somos nuestro propio enemigo, el condicionamiento a la indiferencia. Poseemos la naturaleza de aquello contra lo que nos rebelamos, la arrogancia de creer que nuestra razón es la única valedera y, como todos los demás, nosotros no estamos dispuestos a ceder. . ."
Rizzi

". . .Una vez alguien me dijo que todos tenemos pulsion de vida y pulsion de muerte, y que dada mi visión negativa de las cosas, veía en mi un claro predominio de mi propia pulsion de muerte. Yo me cague de risa.
Amo la vida y la existencia de las cosas y las gentes. Pero se equivocan cuando hablan de mi pulsion de muerte. Yo creo en mi pulsion de reacción y resistencia. ¿Resistir a qué? A todos los golpes bajos, a nuestros propios temores. Siempre estuvimos a favor de viva cualquier revolución, del inconformismo, de la curiosidad y hasta de lo que algunos suponen vandalismo. Siempre nos sentimos identificados con los graffiti urbanos, principalmente con los de los trenes que aunque a simple vista sean ilegibles indican que hay gente que también se resiste a caer. Los teléfonos garabateados, los asientos de plaza rayados, esos y tantos resquicios semiocultos, lugares de expresión libre siempre nos han alegrado; yo en particular puedo prestarle mas atención a esas cosas que a la pulcritud de los carteles que disponen mi consumo.
La calle esta llena de mensajes, y por esa razón, de pequeños signos reconocibles del estado de la guerra en sí. El disconformismo, la incomprensión, la resistencia están a la vista de todos. . ."
belno

". . .Los tres tenían un trabajo, como decirlo, Light: Hacían encuestas. En un momento determinado les toco hacer lo que se conoce como testeo, que no es mas que una prueba de producto en diferentes mercados. Primero se asignan determinados barrios y ellos debían conseguir hogares de cierta clasificación socioeconómica, para entregar el producto durante una semana para su evaluación. En este caso el producto era “pañales descartables”. Los mismos, debían ser probados en casas de las que, en la clasificación, se conocen como abc1 que es un nivel económico/incultural lo bastante alto como para comprar los pañales descartables para bebes.
A ellos les asignaron unos muy bonitos barrios de las afueras de la ciudad pero en la primer mañana les había resultado difícil conseguir casas dispuestas a hacer la prueba, para su sorpresa e indignación era difícil de comprender como la mayoría de la gente no quería pañales gratis por una semana. Después de una caminata de varias horas con magros resultados buscando un almacén en medio de la desolada tarde se encontraron con un barrio de viviendas de bajos recursos económicos, se cruzaron con una villa miseria. Obviamente siempre hay una de esas cerca de donde se ostenta, ni siquiera debieron planteárselo cuando con cierto temor se adentraron dentro de ella y empezaron a llenar ordenes para enviar pañales por una semana para cada bebe de la casa. El entusiasmo del poder y el interés despertado en el barrio se torno en una ansiedad un poco inmanejable. Debían explicar una y otra vez fueron escuchados y apeados con cierta desconfianza. Aunque ellos mismos me confesaron que cando volvían en el tren temieron por la posibilidad de que el flete no baje los pañales en la villa o que alguno en la agencia sospechara por las direcciones que estaban en las ordenes o que directamente hubieran ilusionado a la gente con algo que nunca llegaría. Por suerte nada de eso paso, lo único fue que el fletero, después de repartir los pañales, comentó que le pareció extraño el dejar casi todo un pedido en la villa, unos 120 paquetes con 20 pañales descartables de primera calidad.
Los pibes nunca más trabajaron en las encuestas por obvias razones. La amiga que les consiguió el laburo primero se enojo muchísimo aunque al tiempo los perdonó y les contó que mandaron a otros chicos a recuperar los paquetes pero que estos ni se animaron a encarar. Todavía, cuando me acuerdo de esta anécdota, me los imagino rodeados de madres y chicos en el medio de la villa repartiendo y tomando ordenes para el testeo y no puedo dejar de sonreír. Me acuerdo cuando mis hijos eran chicos lo que yo gastaba en esos pañales. Lo que hubiera dado yo por haberme cruzado con alguien así. En más de una ocasión, apretadísima, tuve que resignar hasta mis propios viajes en colectivo al trabajo para comprar pañales o leche. . ."
Leser

Todo lo que no se es lo que elijo y quiero ignorar.

A le dice a B que C dice que B
10 + 2= diezmados

". . .¿Podemos decir que los tiratintas se convirtieron en parte del mundo que todo lo transforma en objeto de uso u consumo, en parte de otro espectáculo funesto y nefasto? ¿Podemos decir que su accionar, como el de tantos otros, fue vano en vez de despabilante?
Provocadores, simples y certeros. Víctimas de la tergiversación. Causa perdida, indudablemente sabíamos lo que iba a pasar, toda la mentira que iba a correr, toda la estupidez ignorante que habría que soportar, todas y cada una de las reacciones fueron y serán previsibles; por esa razón lo hicimos y eso, ese simple hecho, el de saber de antemano que sucedería y de igual forma seguir adelante, nos libera hoy de la responsabilidad. No esgrimiendo otra inconsistente frase hecha ("Yo te lo dije, yo te avise") sino la satisfacción de saber que, por algún lado, hemos representado, no la esperanza moral sino una mínima posibilidad de perpetuación del inconformismo, de la curiosidad inconformista. Y para nosotros es más que suficiente.
Evidentemente estaba todo resuelto mucho antes de que nosotros siquiera esbocemos nuestra frenética aparición. Así de fácil, semejante exposición sin defensas nos hirieron e hicieron contagiarnos de todos y cada uno de los vicios. Nos pegamos a tiempo una y otra enfermedad, convirtiéndonos en la epidemia. El mismo bacilo que intentan aislar sumiéndolo entre todos los demás. Entonces una y otra vez siendo la enfermedad nos hemos devenido en el anticuerpo pero a costo de dejar en el camino nuestra razón, nuestra confusa verdad. En el intento por desperezar la libertad concensuamos la perversión del exceso, el lógico camino del extremo al equilibrio. En la agresión del hambre que provoca gula, en la aspiración del vuelo que deriva en caída libre, en la ambigüedad de no llamar a las cosas por su nombre. . ."
Rizzi

". . .Yo lo único que vi, fue un pantallazo. Cuando quise darme cuenta de lo sucedido ya nos estábamos en otra cosa.
belno se la pasaba hurgando en la basura, mejor dicho en los volquetes contenedores callejeros, esos mismos donde se tiran escombros o restos de mampostería. Ese era un hobbi suyo, que después nos traslado a todos y gracias al cual habíamos amoblado nuestra casa. No recuerdo bien a donde nos dirigíamos pero íbamos por el centro comercial de uno de los barrios más pudientes, económicamente hablando, de la ciudad. Como ya dije, a él le gustaba investigar en los volquetes, en especial los de las zonas caras (y esa era una) porque la verdad era sorprendente el tipo de cosas que se encontraba. Útiles por supuesto, antigüedades, cuadros, sillones. Hoy ya ni pasa eso, era otra época, ese hobbi se lo dejamos a los mas desposeídos.
Estaba fuera de sí, ya a esa altura se creía sus propias fantasías y debía comenzar a vivirlas, sin saberlo, estaba a punto de hacerlo. Era tan tonto que me divertía. Hablaba todo el tiempo de las marcas, de la persecución a los perseguidos. Nosotros ni le hacíamos caso y seguíamos subidos al tren de la dispersión, sin querer darnos cuenta de los riesgos. Si su fantasía hubiera sido algo más terrible todavía no sé cuanto tiempo hubiésemos tardado en reaccionar. Por supuesto, para nosotros, eran solo palabras hasta entonces.
Bueno, en uno de esos contenedores, encontró, ese día, unos frascos de muestra de perfume con perfumes rancios. Nosotros ni habíamos parado con él seguíamos caminando tranquilos. Siempre cuando caminábamos por la calle el se retrasaba, desaparecía y aparecía por otro lado o se colgaba en algo y lo perdíamos, ya estábamos acostumbrados, así que no íbamos a parar cada vez que él se detuviera por algo. La cuestión es que justo veníamos pasando por la salida de una iglesia, de una misa o algo así, y él se había encontrado los perfumes pero nosotros no lo sabíamos. De repente, escucho el ruido de un estallido de vidrio, seguido de otro y otro, entonces caen vidrios al suelo y un olor ácido con un lejano dejo perfumado invade el aire. La gente que estaba en la puerta de la iglesia miraba para arriba, Rizzi y yo miramos para atrás pero seguimos caminando. belno se sumo a nosotros.
Después nos enteramos que este engendro de la naturaleza llamado belno, mi amiguito belno, había hecho chocar los frascos contra la parte superior del portal de la iglesia para reventar los frascos y rociar a los infelices feligreses con el aroma acidoso del liquido de su interior. Tan bestia era, que ni siquiera había calculado que también caerían vidriecitos. no sé si lastimo a alguien, yo espero que no. . ."
senito

". . .lamentablemente, esa era otra provocación generada del lado adolescente, y eso no es una referencia a una etapa de la existencia humana. Se trata de la asumision, de asumir el espacio de vacío. Se trata de no sumirse, del rechazo, de asumirse, de la posibilidad directa de insumirse, de esa paronimisidad de prefijos en la cual asumisión es lo mismo que insumisión.
Basados en esa cuestión concreta, se puede establecer que entre tanta información que da vueltas, no es necesario leer entre líneas. Lo que uno quiere saber es simple y siempre estuvo allí. Nada permanece lo suficientemente oculto como si fuera un crimen o un misterio, solo se necesita el interés de saberlo, ni siquiera la agudeza.
Por supuesto, no estamos develando una incógnita trascendental, simplemente todo esta allí y asumir ese costo, despertar a esa suma de secuencias, es una de las maneras de acceder, no a un conocimiento enciclopédico sino al convencimiento de otras realidades y, por ende, a la aplicación de una comprensión que englobe el entendimiento y la sensibilidad. . ."
Leser

"...Sabíamos ayer y aún lo sabemos, que no necesitamos una ideología que nos abarque en todos los aspectos, ni que todo lo hecho está mal. lo único que hicimos fue reaccionar, implementar la desobediencia en plan de agitación. . ."
Rizzi


"...Que me importa si se trataba de violencia indiscriminada, tal vez solo era una cuestión de identidad, de identificarse dentro de una posición clara: la contraria. Éramos opuestos a tantas cosas y sobretodo a las oficiales aunque no solo a esas. Creo que a casi todo lo que se conoce y acepta como cultura, de las cuales solo se redimían, en algunos casos, las cuestiones de familia o de amistad.."
belno

". . .Recuerdo que discutíamos mucho por todo eso. Rizzi siempre decía que debía haber una manera inteligente de ir contra todo aquello. Le frustraba el hecho en si, el de la acción de absurdo, porque era como llevar una caricatura de humor político a la calle, a la vida real. Podía modificar opiniones, causar risas u odios, pero no actuar en consecuencia con esas opiniones.
Vivir ya es bastante difícil, Cambiar el mundo a la propia idea de mundo lo es mas aún. Nadie puede creerse capaz de cubrir todas las cuestiones y nosotros menos. Ni siquiera pensábamos en eso. Entonces, cuando nos enroscábamos demasiado, aparecía belno, que se desacataba de tal manera que destruía cualquier intento de análisis o discusión. . ."
Leser

". . .eL hecho mismo de empezar a pensar en lo que estábamos haciendo, le saco su espontaneidad y lo mato casi de inmediato. Calcular las acciones o las ideas llevan solo a reprimirlas, a condicionarlas, a desvirtuarlas. . ."
Rizzi

". . .vamos, que organizarse no es lo mismo que andar calculando, organizarse es indefectiblemente necesario. No basta con tener conciencia de que no hay solución política. Divertirse y reaccionar es no quedarse de brazos cruzados. Si la psicodelia pura de la realidad o normalidad se alimenta del imaginario y la fantasía de la distracción ¿Por qué no intentar romper ese orden artificial por medio del absurdo, de la ridiculización? A mí me parecería absurdo no tratar de romperlo. . ."
Agogó



2- inferencia de la indiferencia

caída:

Caigo, mientras en viento golpea mi cara con fuerza, pero sé que es mi cara la que va cortando el aire. Mi corazón ya esta paralizado, la sangre no corre y el estomago que se me ha endurecido, me destroza. Siento nauseas aunque en esta ida interminable el temor se fue borrando pues ya no temo a la caída en si, solo me inquieta el final, el fondo. Puedo darme vuelta, hacer infinidad de piruetas, tomar diferentes posiciones, desandar pensamientos y conclusiones vacías, pero lo único que no puedo evitar es caer.
Caigo. Y contrario a lo que se pueda suponer no es desagradable, solo me queda disfrutar el viaje e intento hacerlo. Lo importante mas allá de la caída es la certeza de no-inmovilidad. Hay veces que no puedo discriminar si voy cayendo o lo inverso, aunque eso es algo que nadie podría aseverar.
Caigo y más allá no distingo nada, solo puedo oír el silbido de vacío en mis oídos. Voy suave y regularmente, ya sin acelerarme y la constancia a veces me hace creer que solo floto, que estoy suspendido en este espacio.
Caigo y recuerdo aquello de caer y levantarse, recuerdo mi imposibilidad de hacerlo por no terminar esta caída. No me molesta, ni siquiera pienso en la posibilidad de levantarme. Si quisiera podría ponerle fin a todo esto de un solo golpe, sin embargo, el vértigo me hace sentir aunque sea un poco diferente.
anónimo

". . .vivíamos en la casa grande donde nos habíamos conocido, ninguno tenía trabajo, ni quería trabajar. Creo que belno todavía iba a la facultad. Rizzi sabia que lo único que quería hacer era salir a correr y estar tranquilo. Yo ni sé que quería, creo que solo quería pasar el tiempo con ellos. Nos divertíamos.
En fin, una amiga nos consiguió un trabajo haciendo encuestas era muy buen dinero, para el poco tiempo que requería. La primera que hicimos era sobre aceites de autos, nos daban una zona y teníamos que ir y someter a un tipo a 10 minutos de cuestionario. Por supuesto no lo hacíamos. Íbamos a una estación de servicio que estaba aun par de cuadras hacíamos un par de preguntas, conseguíamos los datos de la persona y después llenábamos la encuesta con lo que se nos ocurría (que siempre era algo totalmente incongruente). En definitiva, poníamos cualquier cosa. A Rizzi le divertía hacerlo. Todavía hoy no entiendo la gran cantidad de plata que nos pagaban por hacer esa estupidez, era mucho. Más para nosotros que estábamos acostumbrados a vivir con lo mínimo indispensable y muchas veces sin eso siquiera. A Rizzi le daba bronca que nos pagaran tanto y que alguien se preocupara tanto por los designios del mercado, es mas, le daba asco.
Uno de los días cuando estábamos volviendo a casa después de hacer encuestas, belno descubrió que se le había roto la lapicera en el bolsillo del pantalón. Justo cuando paramos en una esquina para cruzar la calle, delante de nosotros iba pasando, a paso de hombre, un auto cuyo conductor hablaba por teléfono celular. Rizzi le grito, esta prohibido hablar y manejar a la vez, el sujeto nos miro y en ese instante la lapicera de belno le dio en el medio de la cara salpicando el tapizado. El auto siguió su marcha. Nosotros quedamos recibiendo las miradas inquisitivas y condenatorias de las personas que estaban a nuestro alrededor, pero no nos hicimos cargo y nos fuimos. Yo lo escuche a belno decir que odiaba las lapiceras fuente. A mi me dio algo de vergüenza.
Siempre, desde que lo conocí, fue un poquito desubicado. Se había descolocado otra vez, pero esa vez fue muy raro. No digo que en ese momento no nos haya dado bronca lo que hizo pero un instante más tarde, cuando ya nos habíamos alejado de esa esquina y nos dimos vuelta porque belno venia caminando unos metros detrás de nosotros, nos encontramos con una naturalidad fuera de lo habitual en él. Cada vez que se desubicaba y sabia que le íbamos a decir algo se atajaba de los reproches atacando nervioso con su autodefensa, esa vez fue distinta. No mostraba orgullo por lo que había hecho, ni mucho menos, solo que el episodio había sido tan natural, que tanto él cómo su victima parecían haberlo aceptado como una regla licita del juego. Con un taxista, por ejemplo eso no hubiera pasado, entonces me di cuenta que, por alguna razón, el tipo se lo merecía. Por favor, no me pregunte porque.
Bueno, estaba en que Rizzi y yo nos dimos vuelta, y belno relajado miró al cielo, estiró el brazo con la palma de su mano hacia arriba y dijo que le parecía que se iba a largar a llover. Nosotros nos reímos y la risa no fue una aprobación a lo hecho por aquel salvaje, sino mas bien, fue un símbolo de incondicionalidad. Caminamos unas cuadras y mientras hablábamos de nuestros delirios de siempre, le escuchamos decir despacio pero claro, gracias. y eso muy pocas veces se lo oí decir. . ."
senito

". . .durante las invasiones inglesas, los ciudadanos de la Buenos Aires, arrojaban aceite hirviendo desde sus terrazas a las tropas imperiales que marchaban por las calles. Aquella gente actuaba con odio. Nosotros nunca tuvimos nada que ver con el odio, tampoco con el rencor. Nosotros nunca deseamos ni quisimos el mal para nadie . . ."
senito

". . .hay veces que nos sentimos abandonados a la resignación de una derrota que no tuvo lucha, que ni siquiera tuvo por contrapartida una victoria, solo esta allí desde siempre, injustificada e inútil. Otras veces nos sentimos diferentes, algunas veces solo podemos ser diferentes, otras, solo nos queda ser diferentes.
Queríamos hacer algo, solo hacer algo. Nos aburríamos y, de a poco, nos íbamos uniendo a un tipo de frustración inexplicable. Era como que cada golpe nos dejaba sin reacción, las noticias de la realidad, los valores del éxito televisivo, la levedad propia, lo que veíamos fuera y en nosotros. Era algo así como dejarse golpear una y otra vez, rebotar e ir para donde nos llevaban los rebotes. Entonces despotricábamos, marcábamos los detalles de los errores desde un lugar tan arrogante y necio como ridículo. Y terminábamos concluyendo en que debíamos atacar de alguna manera lo que nos estaba jodiendo. Cada vez nos quedaba más claro que era aquello, estábamos identificando lo que nos sacaba la energía. Estábamos despejando el panorama dejando a nuestra vista eso que quería amedrentarnos. Sabíamos que teníamos que hacer algo pero nunca lo hacíamos y justificábamos nuestros deslices e irresponsabilidades de esa forma. Por eso no nos importaba mentirle a las encuestas, sabíamos que de no hacerlo estábamos siendo parte de lo que nos estaba haciendo mal. Estaba claro que la gente estaba imitando lo que hacia el otro y todos terminaban siendo una mala copia de sí mismos. Nosotros sencillamente no queríamos terminar así, aunque lo hacíamos.
Rizzi

Las ideas no son de nadie ¿Sabe? belno tomó un poco de cada lado y junto las diferentes partes de las ideas con las personas. Rizzi y yo fuimos los primeros en empezar a imaginar y proyectar las perspectivas. La mayoría de los planteos eran más que problemáticos, sin embargo, seguimos adelante. Aunque intentamos hacerlo nunca pudimos establecer ni, mucho menos, implementar un plan. Entonces, solo apelábamos a la espontaneidad, el estado de animo y la casualidad. Y eso se producía cuando era inevitable el choque entre nuestra despreocupada diversión vital con la angustia de la exposición al mundo. Era inevitable que nos sintiéramos un sobrante inencajable, a la vez que todo nos hacia sentir como una mala costumbre o un vicio.
Las charlas interminables solo eran un juego de fantasía, Tuctuc decía que había que tirar alquitrán, había una idea que nos llevaría a atentar, no contra la comunidad ni sus dirigentes sino contra el poder individual que no se usa más que para el beneficio y beneplácito propio. Él poder elegir cualquier opción y solo elegir la más enfermiza.
En ese momento, solo nos molestaban cosas y actitudes de la modernidad y del consumo. La indiferencia de inferencia social.
Empezamos a planear formas de tirar pintura, surgieron ideas disparatadas. Aunque ese accionar jamás se llevó a cabo, imagínense lo complicado de estar armando bombitas con tinta. Un par de veces lo hicimos pero después nos interesaron otras cosas. . ."
Agogó
". . .Temprano a la mañana por una calle céntrica Agogó vio esta escenita: En el umbral de un edificio estaba durmiendo un nene, de esos que se los llama de la calle porque no son de nadie ni nadie quiere que ellos les pertenezcan. Se ve que en el transcurso de su sueño, el niño se había movido de tal manera que había terminado de acomodar su cuerpo a lo ancho de toda la entrada de la edificación horizontal. Un inquieto personaje desde el lado opuesto de la puerta, o sea, desde dentro del edificio estudiaba el panorama que se le había presentado. Inmediatamente se dispuso a despertar al desvalido que, haciendo caso omiso a los insistentes sacudimientos, continuó en los brazos de Morfeo. El hombrecito superado por la situación tomo distancia otra vez como para someter al calculo su acción siguiente. Entonces de manera disimulada y suave comenzó a empujar el débil cuerpecito con el pie, logrando así deslizarlo por el piso de mármol hasta hacerlo caer a la vereda. El infante parecía realmente preso de un estado de agotamiento tal que ni se mosqueo y siguió con lo suyo desde su nueva posición obligada. No conforme con esto el individuo encargado de los quehaceres matinales de aquella construcción, volvió a la carga, y haciendo uso del método que le había brindado tan buenos resultados, comenzó a desplazar al nene hacia un costado como quien corre un obstáculo inerte. Lamentablemente, en medio del trabajito, su cara encontró el puño a la vez de la increpación escandalosa de Agogó, que reaccionó, al parecer del policía que intervino, de manera sobredimensionada. A lo que solo pudo acotar, mientras era retirado por la fuerza publica, "las palabras no sirven de nada" . . ."
Leser

". . .Después de discutir sobre los atenuantes, sobre creerse justiciero de mano propia, de arrojar la piedra y esconder la mano, lo único concreto que quedo implícito en el aire fue, no un compromiso, pero si, un convencimiento de que algo íbamos a hacer. Había buena predisposición, como yo digo siempre, un interés y una motivación creada gracias a nuestra sociedad que, paradójicamente, nos proveía un sentido que, de allí en más, nos gratificaría; Nos enfrentaría.
Por supuesto la nuestra era una causa noble, no se trataba de ir contra las minorías diferenciables y expuestas sino por el contrario, era contra la mala actitud generalizada. Cuando lo pienso ahora veo similitudes con métodos atroces y me avergüenzo, aunque en este mundo de slogans y frases cortas es fácil caer en confusiones o tergiversaciones, pero a nosotros que nos podía importar.
Rizzi

" . . .el show debe continuar es la frase que inventaron para que nadie se detenga un segundo a pensar y continué el estatismo y abulia del circo patético en el cual la mayoría somos espectadores a pesar de todo. . ."
belno


". . .aunque nada vaya a cambiar, nosotros somos el tipo de gente que intentara limar los barrotes con la vista. . ."
Leser

". . .nosotros no queremos ser ni policías ni ladrones. Yo no quiero matar a nadie pero tampoco quiero quedarme de brazos cruzados ante todo esto, aunque sea voy a joderlos un poco. No quiero tomarme todo a la tremenda. Pienso disfrutar de la vida y en tanto los riesgos que asuma no la comprometan, no se las voy a dejar llevar de arriba. . ."
Belno

". . .Yo no le voy a decir una cosa por otra. Para Leser la mayoría de la gente quería ser como nosotros pero no lo sabia. Según él, existía la necesidad de explicar o de difundir nuestro accionar de manera de aclararlo y crear las condiciones para un canal de información confiable. Ese concepto que iba saliendo de su boca sin meditación previa terminó de desvanecérsele al llegar a la ultima frase, no hay nada que explicar, el que te tiren tinta ya tendría que ser activador de un cuestionamiento, es mas nos tendrían que agradecer. Yo soy joven y quiero cambiar el mundo, pero nadie quiere hacerlo solo quieren acomodarse o conseguir un espacio de privilegio dentro de él y satisfacerse con el solo hecho de que conseguir un lugar, por más insignificante que sea, y así poder mirar de soslayo por sobre las cabezas de quienes no pudimos o no quisimos lograrlo. . ."
Agogó

". . .la gente parecía no saber que sucedía a su alrededor. Por supuesto nosotros tampoco teníamos ni idea, pero intuíamos que no podía ser nuestro el destino de sentarnos a ver lo que pasaba día a día y esperar a que nos pase. . ."
Leser

". . .nuestros blancos no solo serían físicos sino también los conceptos elevados a la imposición masiva, las directivas de la modernidad en su totalidad, la indiferencia, la falta de escrúpulos. Veíamos a la gente tan vacía y desinteresada por el prójimo, solo preocupados por su egocentrismo, como los banqueros o un político. Temíamos convertirnos en eso, en ese abismo incomprensible. Esas cosas fueron las que se convirtieron en el objeto de nuestra evasión, que culpaba a los demás de nuestra propia inacción. había rencor pero no tanto como para poner la gillette en el tobogán. . ."
Rizzi

". . . el que dijo que en los negocios nada es personal es el mismo que piensa que esta haciendo negocios con las paredes y no con otras personas. . ."
Belno

". . .temimos por transformar nuestra actitud frente a las cosas en una postura política, en ese momento tampoco teníamos claro el concepto de lo que era política. moral, verdugos, jueces, humanamente egoístas, poseedores de un cierto sentido de justicia que no sirvió como fin sino como medio para legitimar nuestra diversión. . ."
Leser

". . .hay una historia de atentado, de rencor contrasocial. En la época de nuestros viejos ellos se divertían con pastillas de potasio metidas en chapitas y puestas en la vía de los tranvías y cuando estos pasaban explotaban. . ."
Rizzi

”. . . ¿Por qué vivir buscando siempre la mejor manera de decir no? ¿Por qué vivir condenado a la indiferencia hacia los demás? ¿Por qué quejarse compulsivamente? No nos gustaba la realidad virtual propuesta por lo teóricamente artístico, el arte de la evasión y la expectación sistemática; el arte. Creíamos más en la expresión de los hechos, no de las palabras. la inmediatez de la acción que nos hacia desencajar y descargar todo aquello que no tenia que ver con nuestros egos, que estaba desligado de una intención. . ."
Agogó

". . .belno desaforaba a los demás, no porque fuera un líder sino porque de alguna manera, en diferentes aspectos, lograba hacer reaccionar a todos. A cada uno le tocaba un castigo determinado que él imponía con el fin de desquiciar o conmover. Lo peor de él, era que creía tener una respuesta para todo, aunque la mayoría de las veces sus argumentos eran más que endebles. Decía que era natural que nos gustara tirar cosas pero si le pedías una explicación para esa compulsión, no podía dártela. . ."
Rizzi


conspiración-confabulación-clandestinidad




3- Metabolización de la meta


". . .Uno de los tantos lugares comunes donde suelen caer los hombres, es el de la saturación. Partiendo de la premisa fundamental en la que, los seres humanos están condenados a vivir en condiciones innaturales (por lo menos los que viven en las grandes urbes, aglomerados y alejados de los magníficos escenarios relajantes que la tierra tenía reservados para todos sus habitantes (nosotros). Y que a su vez creamos una estructura de pensamiento que nos auto impone situaciones de relación como requisitos básicos de una supuesta "Normalidad", derivada a partir de normativas, la reacción, a la larga, es la de Patear el tablero. Sacarse de encima, aunque sea por un rato, desperezarse de aquella vertiginosa sumisión. Sumisión tan bien representada por los oficinistas que, de un día para el otro, destruyen su orden de vida abandonando todo contacto con las estructuras que ellos mismos habían montado en plan de vida. Casa, auto, matrimonio, oficina, jefe, cuotas, impuestos, horarios, etcétera. Cualquiera que pueda posicionarse a cierta distancia se da cuenta que ese plan de vida no es el más coherente como para evitar colapsos. Sin embargo, la mayoría de las personas, las en teoría normales, no se ven afectadas hasta ese punto y resisten estoicamente, (obviamente con los altibajos imaginables), ya que la carga no termina allí sino que todo termina siendo una carga totalmente racional y racionada, desde el aspecto mental hasta las cuestiones económicas. De alguna manera y en alguna parte, los hombres hemos perdido la espontaneidad o la relajación básica que nos llevaba a vivir y a disfrutar del entorno, esto dicho desde la premisa de que vivir es disfrutar de la vida.
Senito: Persona hipersensible por demás y ciertamente temeroso. Tal vez su falta de iniciativa o su haraganería hicieron que el mundo, en un momento, lo encuentre como empleado de una gran cadena de hamburgueserías y no como un espíritu liberado a su frondosa imaginación. Por supuesto, este error se corrigió al poco tiempo, y hoy hace honor a su aura, pero lo que nos interesa tiene que ver con ese lapso en el cual pertenecía a la gran familia de explotados en pos del mejor servicio dado por la limpieza y la pulcritud.
Nosotros, sus amigos, nos habíamos tomado la costumbre de pasarlo a buscar casi todas las noches cuando salía de trabajar. Su horario era el de cierre lo cual hacia que el y otros debieran quedarse a limpiar sacar la basura y demás menesteres que conformaban al orden de la próxima apertura del local a la mañana siguiente. Además de nosotros, a la salida siempre esperaba gente a la que se le dejaba revolver la basura en busca de los restos de comida y de las hamburguesas que se tiraban. (Se tiran las hamburguesas después de diez minutos de cocinadas y empaquetadas porque dicha empresa considera que la excelencia y el sabor pasado ese lapso de tiempo no es el deseado para el consumo de su selecta clientela). Senito siempre sacaba la basura y una veintena de indigentes ansiosos lo rodeaba hasta que él terminaba de disponer en la vereda todas las bolsas gigantes con el preciado sustento de aquellos hambrientos.
Por supuesto la seguridad del local flanqueaba el espectáculo que la mayoría de las veces, a la vez de ordenado, era desprolijo.
La política de la empresa era la de brindar un lugar pulcro cómodo rápido y tranquilo. Por ende era impensado que en él filtraran vendedores ambulantes, barriletes o los chicos de la calle que siempre ponían incómodos a los clientes pidiéndoles dinero o una papa frita. Yo calculo que debe haber sido por ahí que Senito comenzó a pergeñar una cierta premeditación revanchista, y si no fue así, no importa.
Senito era un empleado ejemplar, nunca llegaba tarde, siempre se mostraba bien dispuesto, era simpático y pasaba desapercibido. También parte de su actitud correspondía a cierto temor, infundado, por su destino, no dentro de ese trabajo sino en su vida. Nosotros no nos cansábamos de burlarnos de él, de su uniforme ridículo, de su prestancia al juego de todo lo malo que nos representaba dicha empresa y demás cuestiones personales que a modo de código amistoso sacábamos a la luz cada vez que existía la posibilidad.
Una tarde de tantas, Senito encontró dentro del local un chico de la calle pidiendo comida a los clientes. Eso le pareció extraño dado que había logrado sortear la férrea custodia del empleado de seguridad apostado en la puerta (cosa que al seguridad le podía costar desde un apercibimiento hasta la pérdida del empleo)El hombre lo había dejado pasar.
Como el local era bastante grande y el chico no estaba en el sector que estaba a su cuidado, Senito dejo pasar de largo el hecho como si no lo hubiera visto. Al rato, vio como un compañero suyo, disimuladamente y sin maltrato, sacaba al chico para la calle. La circunstancia se repetía de vez en cuando, la calle se entro a poblar de nos victimas de la falta de trabajo de los padres.
Una noche que pasamos a buscar a Senito, vimos algo que nos extrañó. Habían acumulado todas las bolsas de basura en la puerta del lugar pero del lado de adentro. Los hambrientos que esperaban afuera estaban mas sorprendidos que nosotros, aunque no nos importaba lo que hacían con la basura, solo éramos dos transeúntes que siempre nos deteníamos con resignación a ver como la gente revolvía los desechos de los demás para buscar saciar sus necesidades básicas de alimentación, escena que, por mas de repetida, no nos distraía del desgarro.
Senito nos hacia señas desde adentro para que lo esperáramos un poco más. Al rato llegó un camión de recolección de residuos. Y los empleados que antes habían sido los depositarios del objeto de la espera de esas personas pasaron a ser ante sus pasmadas miradas, los crueles verdugos mudos que tiraban las inmaculadas e intactas bolsas dentro del camión. Esas personas no tenían porque saber que esos mismos empleados se habían ofrecido para quedarse después de hora a limpiar el producto del ritual de las bolsas rotas con el fin de evitar la nueva disposición empresarial. Tampoco tenían porque saber que la empresa respondía a los requerimientos de los vecinos de la zona a quienes les molestaba el espectáculo. Al menos, alguien intento la iniciativa de llevar los desechos a un punto común y alejado donde distribuirlo equitativamente. Pero la empresa no se vio interesada en dicho emprendimiento aduciendo que las personas necesitadas de la ciudad no podrían acceder a un punto alejado por falta de recursos. Tampoco se busco una solución mas allá de la orden de tirar la basura directamente dentro del camión recolector el asunto estaba terminado. Lo que antes habían sido sonrisas con cierto recelo para con Senito y sus compañeros de trabajo esa noche paso a ser un murmullo indignado que, por momentos, se convertía en reclamos airadamente confusos y justos. "Nosotros somos personas" dijo una mujer mientras infructuosamente intentaba retener sus lagrimas.
En esa circunstancia, cualquiera, incluso nuestro sometido y temeroso amigo, se hubiera revelado, pero nadie lo hizo. Los asalariados son víctimas de su propio miedo al salario, a la falta de él. Nosotros nos quedamos mirando la escena como siempre y por momentos hasta hicimos comentarios levantando la voz. Obviamente, la sorpresa y nuestro propio sometimiento a nuestro no-problema hicieron que tampoco reaccionáramos. Un chico intentó sacarle una bolsa a uno de los empleados y un seguridad nervioso, no por maldad sino por confusión, lo despidió de una bofetada, lo cual trajo una pequeña trifulca que, en el mismo instante, reprimió la llegada de un móvil policial.
En los días siguientes, la escena de la basura se tornó rutinaria lo cual hizo que menguara la afluencia de gentes hambrientas tanto a ese local como a los demás locales de esa cadena de comidas rápidas en los cuales se implementó la nueva medida. Algún que otro chico ligaba un par de hamburguesas por parte de los empleados cuando quedaban ocultos detrás del camión fuera del alcance visual de los encargados de turno.
En este tipo de establecimientos los empleados comunes promedian una edad de 18 años y los encargados no más de 22. Las responsabilidades que asumen son las más variadas, desde los insumos, la limpieza, la preparación de los alimentos, hasta el control de empleados y la facturación de las cajas. En suma, todo lo que pasa en un local comercial de gran movimiento en manos de jóvenes muy jóvenes por un sueldo magro. A la vez sometidos a disposiciones perversas de las cuales son sus representantes directos. Por supuesto la mayoría de los empleados no solo acepta estas condiciones sino que también comparte el criterio. Lo cual, a algunos, nos resulta no solo extraño sino también deforme.
Hay cuestiones severas, cuestiones primordiales que tienen que ver con los valores intrínsecos que en determinadas condiciones son inmanejables. Estamos en que en este tipo de locales se encuentran los empleados comunes que ascienden por medio de cursos y entrenamientos, encargados y personal de seguridad. Aclarado este punto, podríamos continuar con el análisis de lo que paso por la mente de Senito la noche de su ultimo día en aquel trabajo. La noche en cuestión se produjo un hecho atípico. El encargado de turno había sufrido un percance y no pudo ir a cumplir su horario, la orden administrativa fue que el más experimentado de los empleados debía tomar su lugar solo por esa noche. senito siempre había sido muy aplicado y había asistido a los cursos de entrenamiento impagos fuera del horario laboral y dado que sumaba más puntaje que sus circunstanciales compañeros de esa noche la responsabilidad del encargado, para su propia sorpresa, cayó en él. Nunca había buscado ser jefe ni responsable de nadie ni nada. Es mas, temía por las perversiones que podía conllevarle el hecho de administrar un cierto poder, por más pequeño que fuera, por sobre todos los demás. Sin embargo, el turno discurrió en los carriles normales hasta la hora del cierre. Esa noche también estábamos esperándolo afuera y como otras veces él se hacia como que no nos había visto. Después de la insufrible y esmerada limpieza del lugar, justo luego de acumular las bolsas de basura en la puerta, Senito despidió a todos sus compañeros como sana señal de que romper las reglas un poquito no comprometería a nadie. Los liberados ni lo pensaron, acataron el favor como una orden y poco después los únicos que quedaron en el local fueron dos empleados de seguridad y él.
Nosotros vimos salir a los compañeros y a uno que conocíamos le preguntamos por Senito. Dijo que se iba a quedar a cerrar y sacar la basura, cosa que podía tardar 10 o 15 minutos, no más. El camión se retraso un poco, en la calle con nosotros habría unos 5 o 6 pibes esperando la dadiva de carne picada. Al ver el movimiento poco habitual los chicos dudaron un poco en recibirla. Desde afuera, veíamos como Senito y los dos seguridad parecían discutir por algo, en un momento uno de los policías privados, el mas joven, tendría unos 50 años, salió y se alejó haciendo un ademán que en ese momento no interpretamos. Senito se acerco a la puerta y la abrió invitando a pasar a los chicos de la calle y con una mirada también nos convocó a nosotros. El seguridad que quedaba, un viejito que no tendría ni fuerza para gatillar el arma que traía en la cintura, se paró junto a la puerta invitando a pasar a cada chico de la calle que pasaba.
Con cierto recelo, los pibes hacían caso a Senito que se acomodo más el uniforme y como si fueran clientes los ubicó en las mesas. A nosotros nos toco cocinar, servir gaseosas y helados pero no tuvimos tiempo como para pensar en lo que estábamos haciendo. Senito actuaba de manera totalmente natural, librado de todo conflicto o temor. Llevaba hamburguesas de acá para allá, limpiaba los enchastres de los pibes pero igual sonreía muy poco. Supusimos que esa pequeña rebelión duraría un rato y Senito intentaría hacerla pasar desapercibida ante la empresa. Era evidente que si se enteraban seria despedido él y el viejo que lo secundaba. En un momento dado, entró un pibe que no había llegado con los primeros. Un nene, de unos 7 u 8 años, con una actitud muy agresiva e irreverente, poco a poco, fue agitando a los demás y a Senito comenzó a costarle calmarlos y mantenerlos a raya. En un momento se indigno pero al instante nos miró como asintiendo que estaba dispuesto a dar vía libre a lo que sucediera. Entonces un helado con cucurucho y todo rebotó contra su cara y todos enmudecieron, mirando a la vez a Senito y a niño problema. Senito se agacho y levanto del piso el helado que había enchastrado su uniforme y, cuando lo estaba por poner en un cesto de basura, lo arrojó contra el niño a la vez que liberaba una carcajada que habilitaba a desmantelar su formalismo de manos de un desmán infantil. Volaban por el aire helado, hamburguesas, panes, kechup, mostaza, mayonesa. enchastre por doquier, nosotros en nuestra inconciencia también nos sumamos al descontrol. El viejo, por el contrario de lo que se podría esperar, fumaba sentado en una banqueta mientras nos ofrecía a todos un gesto de aprobación; de vez en cuando dejaba escapar alguna arenga que nosotros ni escuchábamos entre tanto gritito de niños.
Cuando decayó la algarabía, Senito simplemente insto a todos a retirarse no sin antes decorar el local a su gusto. Se aseguro que los chicos se alejaran, de que el viejo de seguridad se fuera y dejo las puertas abiertas de par en par y nos fuimos juntos caminando después de destrozar las bolsas de residuos y esparcir su contenido por toda la vereda.
A los tres días, nuestro amigo, se presentó en la dependencia policial de su barrio donde radicó una denuncia por privación ilegitima de la libertad contra la empresa. . ."
Leser


". . .siempre habíamos creído que, tanto en las cadenas de comidas rápidas como en los supermercados, tanta instrucción y adiestramiento iba mas allá del simple bife de carne picada y pepinillos o la mera esclavización de empleados; y solo tenían como fin formar un ejercito de autómatas que dominarían el mundo y donde los empleados del mes serian los lugartenientes. Podíamos, desarrollar un análisis de los procedimientos que estas empresas empleaban para alcanzar tal objetivo. Desde el primer punto, la ridiculización humillante por parte de un uniforme poco serio hasta el lavado de cerebro por imposición de valores de servicio y satisfacción garantida. . ."
Rizzi




4- condiciones de la incondicionalidad

". . .al fin y al cabo lo único que logramos es preocuparnos, pelearnos y seguir insertos en toda esta maraña estúpida. Tanta mezquindad, tantos deseos no cumplidos, tanto fracaso inconsertante, tanto dolor insípido, tanto desorden, nos dejaron en claro que la única manera de seguir era dejando migas dentro de nuestras migajas como hansel y gretell. Marcas concretas que al final del tiempo de alguna manera nos consuelen la desdicha de la despedida. la incongruencia es algo que ya no podemos reprocharnos entre todo este pueril desperdicio de conjuras asensibles. . ."
Rizzi

". . .desde cuantos puntos de vista se debería abordar el correlato de los acontecimientos. podríamos proponer varios:
El estático. Que es simplemente el del observador distanciado de cualquier preconcepto y de cualquier compromiso subyacente. Aquel que desde una posición inadvertida evoca y ordena los hechos de manera de darles forma y sentido.
El desaforado. Cargado del vertiginoso raid revueltosolusionario, iluso y atropellado, poseedor del riesgo de pasar por alto detalles y datos precisos, que bien o mal lo único que harían seria rellenar como una empanada los sucesos apócrifos que se expondrán.
El falso real. Que nada tiene que ver con los anteriores puesto que la historia solo se construye a partir de que alguien se toma el trabajo de catalogar y poner en limpio para suponer un análisis o moraleja dejando sentado un suceso para la postreridad. Puesto que el solo intento de hacer de este un relato no es mas que la sublimación de los mismos a convertirlos en postre idiota para el divertimiento y no la explanación valida de las sensaciones de seres reales confundidos en esta suerte de esquema de vida impuesto.
El abierto. Despojado de todo prurito o prebenda, que simplemente describe sin orden alguna que otra etapa llevada adelante bajo la idea de reaccionar, de hacer algo y saber precisamente que, sin búsqueda alguna de una imposición moral o moraleja.
El nuestro. Basado en la necesidad de dejar sentado por medio de los propios protagonistas una vivencia. Para que otros sepan que no están solos, para encontrar así un espacio de encuentro entre quienes son consecuentes con su naturaleza, por más que esta se contraríe con la nuestra. La misma necedad simple, contrariante e ineficientemente constante como recortar otro círculo de gentes que, con las mismas aspiraciones e inquietudes circundantes, contribuyen a hacer de este mundo un lugar tan sectario y separatista como la contradicción que en su misma historia se plantea. . ."
Rizzi

". . .algunos no queremos acostumbrarnos a la falsedad de colores que trae el devenir más moderno. Y aunque somos gente que, a priori, solo puede ver lo negativo de las cosas, de forma paradójica, ese espíritu de desconfianza se trasmuta en nuestro valor más positivo; razón de ser de nuestra diversión reaccionaría y de nuestras existencias. . ."
belno

". . .Tantas veces he señalado y catalogado malignas profesiones tales como abogacía o contaduría por juzgarlas parte de un sistema improductivo y parte de las valoraciones más paupérrimas de las premisas existenciales. Tantas veces he juzgado los fines mezquinos en los que están basadas creadas y que persiguen y, en consecuencia, he caído yo en juicios de valor. Juicios de abogados, valores de contador. Tanto que de la contradicción de la confusión de intentar tener algo en claro, fue llevando todo a un lugar aun más confuso, y no pude obtener ni lo uno ni lo otro, ni tener claro el asunto ni desligarlo de la cabeza.
A lo mejor el tiempo bla bla bla, haga que yo mismo persiga los mismos fines y preocupaciones mundanas.
Al fin y al cabo no debería ser importante lo que yo quiero, puesto que persiguiendo la ética me desvió en un seudo moralismo que no construye, no destruye, ni aporta; Solo, me define en un rol que mantiene relaciones extrañas que, en acto de la familiaridad, se rompen.
El héroe de la semana encabezaba la nota de la sección de información general del diario de ayer. El señor Roberto R. en un acto de arrojo se arrojó a las vías de tren subterráneo para rescatar a una mujer que intentaba suicidarse a causa de un revés económico para ella insoslayable. Gracias a la sensibilidad de este hombre valeroso y ante la mirada de los demás pasajeros enfrento la llegada del convoy obligándolo a detenerse. El hecho se registro ayer a las 17hs en la estación tribunales. El servicio debió ser interrumpido durante tres horas provocando los trastornos imaginables y la protesta airada del pasaje. Recién pasado dicho periodo de tiempo la mujer fue convencida de salir de las vías por su salvador, quien la acompañó hasta el psiquiátrico donde fue trasladada y a quien hasta el cierre de esta edición seguía asistiendo.
Roberto R. es uno de los tantos contadores que trabaja en una empresa multinacional de gran prestigio. Monchito, como le dicen sus amigos es un gran profesional y una persona muy seria. Sus amistades recalcan que . . . etcétera.
¿Las contradicciones me dirán en verdad a que sistema beneficia este tipo?
¿Entonces yo a cual beneficio?. . ."
Rizzi

". . .esto que te voy a contar es algo que hizo una vez y después repetía por costumbre. Cada vez que Rizzi volvía a hacer este acto lo perfeccionaba, lo pulía, le agregaba y le sacaba cosas, detalles actorales, digamos. Era una escena que, por un tiempo, formo parte de la rutina diaria.
Había un auto ostentosamente caro parado en doble fila. El se paró al lado y comenzó a mirar los detalles del vehículo simulando interés y admiración. El conductor hizo como que ni lo había visto pero se vio forzado a hablarle cuando Rizzi comenzó un dialogo mas o menos así.
- Está bárbaro el auto, ¿eh?
El hombre no le hizo caso, solo sonrió con aprehensión de compromiso. Entonces Rizzi insistió hasta conseguir respuesta.
- Ojalá yo pudiera tener uno, dijo mintiendo la ambición. ¿Cómo hay que hacer para tener uno? Preguntó, mirando al cielo como quien no espera respuesta alguna.
- Y laburá pibe. Respondió el aparente ejecutivo/ejecutor tratando de usar un léxico que lo acercara mas a la plebe.
-Es lo que hago todo el día. En la fabrica me están por ascender y si el capitalismo es cierto, como espero que sea, en unos años voy a ser el dueño y la voy a vender para jugar con la plata y con todos los giles que hoy no pueden tener una autazo como el suyo, ¿vio?. Entonces ahí hizo una pausa y ante la mirada de incomprensible sorpresa del conductor, remato: En confianza, decime, ¿a cuantos cagaste este año?
¿A cuantos dejaste en la calle o sin comer este año?
El hombre tardo en reaccionar pero arranco y se fue. Yo no podía parar de reírme, Rizzi no se rió. Solo atino a decir "estos son fatales. Para ellos todo es cuestión de plata".
La frase “a cuantos dejaste en la calle este año” se transformo en una muletilla para nosotros. Ese era el típico tipo de castigo que imponíamos en nuestros juicios. Sentíamos que debíamos hacer algo, por lo menos era una reacción. Éramos como observadores costumbristas. Chicos burgueses en regresión a la infancia. Castigábamos con la crueldad inocente de los niños, con la crudeza de nuestra versión de la verdad. Para esto apelábamos a nuestra rispida instrucción, convirtiéndonos en nuestros propios docentes no dóciles. Presuponer que, para que alguien obtuviera dinero o acceso a comprar un auto muy caro, debería estar haciéndole algo malo a otro, es algo por demás obtuso. Aunque, en ese momento, se nos hacia más que evidente que no todos tenían las mismas oportunidades que, a la larga, nosotros tampoco tendríamos. . ."
belno

". . . Si bien en belno siempre hubo algo de travesura rebelde, en Rizzi se dio una cosa distinta y distintiva. En él había algo artístico, algo mas bien poético, intentando siempre sacudirse el ego propio que cargaba sobre su espalda. Ya sé que no soy claro, es difícil explicarlo, me surgen recuerdos y gestos, a la vez que lo voy pensando. Era como que él se transformaba, realmente, en el personaje absurdo que interpretaba en cada uno de sus atentados. Se tornaba cruel, cínico e implacable. En cambio, los demás éramos como que hacíamos que éramos otro. El ejemplo claro es belno, que tal vez tenía arrebatos de arrepentimiento. Sin embargo, a Rizzi eso ni se le cruzaba por la cabeza, las cosas quedaban donde las dejaba, en cierta forma se desprendía de algo que no retomaba. . ."
Leser

“. . . a belno le gustaba usar ropa de trabajo, mejor dicho partes de uniformes de trabajo, preferentemente camisas, de por si ese tipo de prendas son más que estrambóticas. Lo digo por la combinación de colores poco sobrias. Le encantaba esa ropa, especialmente la de los playeros de las estaciones de servicio, en verdad le gustaba pero tambien la usaba solo por el hecho de ridiculizar los uniformes que ridiculizan. En él quedaban mas ridículos aún. Todo el tiempo buscaba la manera de conseguir ese tipo de prendas, llego un momento que ya teníamos asimilado que cuando veíamos algo en alguna feria o conocíamos a alguien que trabajara en algún tipo de empresa uniformante, le teníamos que avisar.
Al tiempo todos nos hicimos adictos a esa moda propia y hasta competíamos un poco cuando alguno se aparecía con una prenda notable. . .”
Agogó



5- LAS CONCECUENCIAS DE LOS CONCECUENTES


". . .No sabíamos lo que queríamos, solo teníamos en claro, todo lo que no queríamos; el camino de lo establecido, la cultura del éxito televisivo, el vacío del aburrimiento y, por eso, éramos portadores de todas las rebeldías juveniles. Buscábamos horas de tiempo sin pensar en nuestras evasiones, insensibilizados por el exceso de drogas e información mediática.
En Entre Ríos hay un casino. Algunos fines de semana Rizzi le robaba el auto al padre, salía a la ruta y se iba a boludear al casino. Siempre llevaba muy poco dinero, pero era todo el que podía juntar. Pero bueno, en ese entonces, le había agarrado por hacer eso. Lo cuento por que viene a colación con lo de los secuestros modernos. Si bien a él no le interesaba la plata, siempre fantaseaba con lo de los secuestros rápidos, no los Express de ahora que piden rescate sino con los de agarrar un tipo a la mañana, llevarlo al cajero y vaciarle la cuenta. Por supuesto, era impensado que lo hagamos nosotros. Pero siempre estuvo latente, más cuando de lo único que vivíamos era del intercambio de botellas vacías en el supermercado. Las botellas que quedaban de las fiestas en la casa. Pensar que hacia solo unos meses habíamos terminado con dos años de inserción laboral y todavía nos quedaba dinero de nuestros movimientos financieros en detrimento de la empresa.
Así era en aquel momento, la elección simple de, aunque sea por un tiempo, no aportar nuestro granito de arena a la maquinaria laboro/apariencia/socialidad/. Para no aburrir les cuento que cierto fin de semana, ya en pleno apogeo tiratinta, Rizzi se escapa con un amigo al casino de Entre Ríos. Hasta ahí todo bien. La cuestión es que, a la vez, desaparece una conocida actriz y conductora de televisión y se arma un revuelo novelesco en toda la prensa, la amarillista y la otra. Mueven todo por todos lados, la policía, como loca, allanando desde la casa de la empleada domesticada hasta la mansión de un ex amante ahora en quiebra. Al cabo de dos días, el dinosaurio artístico, que siempre había mostrado una gran preocupación por los pobres del público y la moda parisina, aparece presa del pánico en una villa miseria Entrerriana donde había sido obligada a realizar diversos quehaceres domésticos y hasta cocinar en una olla popular. La gente de la villa había creído que no era quien decía ser por su aspecto sucio que difería radicalmente con la pulcritud publica que ostentaba desde la pantalla. Lisa y llanamente, los secuestradores, la habían abandonado allí sabiendo que los villeros la esclavizarían a cambio de comida y techo. En esos lugares, obviamente, hay teléfonos pero con el miedo y la confusión, la diva televisiva, tardó en reaccionar.
Cuando Rizzi volvió de Entre Ríos nosotros le comentamos el hecho pero no hicimos preguntas. Todavía nos encontramos de vez en cuando pero no hablamos de las cuestiones de esa época. Mas porque si sabemos cosas del otro llegado el caso podríamos complicarnos. Cuanto uno menos sabe, más seguro esta. todo lo que no se lo quiero ignorar. . ."
Leser

". . .Ahora que me lo pregunta, ¿sabe cuantas veces hubo problemas? De un día para el otro, el clima de intemperancia transformó el ambiente en algo denso. El día de los cables de teléfono, por ejemplo, Rizzi y belno se agarraron a piñas.
Ya no era como la cuestión de diversión que tácitamente como travesura inconsciente se había generado. Para belno la cosa iba más allá, para el otro, hacerse el activista con objetivo ideológico no era más que otra mentira de vanidad justificadora de belno. Las diferencias entre ambos eran apreciables. Eran amigos, se odiaban, se admiraban, no se complacían y hasta competían.
Todo se había tornado muy confuso demasiado rápido. Desde arrojar una lapicera hasta la provocación de desmanes premeditados, había pasado muy poco tiempo. belno corto los cables de teléfono de dos manzanas céntricas. En realidad no fue él solo, fuimos todos. Era un sábado a la noche y habíamos ido a una fiesta en un caserón del centro de la ciudad. En esa parte de la metrópoli no hay viviendas solo edificios de oficinas financieras, bancos y comercios. Infinitas cuadras abandonadas a la lujuria de la soledad perversa típica de la trama nocturna (proxenetas, turistas indefensos, buscas, rasca buches y todo tipo de obviedades turbias). En un momento, belno y Senito salieron a dar una vuelta pero se quedaron a la vuelta de una esquina sentados fumando un porro. Como se tardaron y no volvían, los demás Rizzi, Agogó, Nikito, Tuctuc y yo salimos a buscarlos para irnos a otra fiesta. Enseguida los encontramos. La paz terminó en ese instante. Ese interés potenciado de belno de aprovechar cualquier ocasión para demostrar estúpidamente su predisposición a la complicación, se hizo notorio por enésima vez. Nikito se había encontrado, unos pasos antes de llegar, un rollo de cable del que se usa para la red de señal televisiva. Cuando belno vio lo que el otro tenía, se lo arrebató de la misma forma en que un chico le quita un juguete a otro. Mientras los otros hablábamos y reíamos sin prestarle atención a esa secuencia, belno agarró un pedazo grande de adoquín y lo aseguró a la punta del cable. Acto seguido, lo lanzó al aire ante la nuestra mirada desinteresada. El vuelo de la piedra atada al cable describió una parábola dejando, finalmente, al mismo posado sobre una infinidad de cables que cruzaban por el aire entre unos y otros edificios. En esta ciudad es muy común ver cables(en su mayoría telefónicos o de señal de TV) surcando desprolija y desproporcionadamente el espacio aéreo de las calles céntricas.
Ante el público tiratinta, belno tomó los dos extremos del cable que había arrojado, convirtiéndolo en uno solo y se dispuso a hacer fuerza hacia abajo. Dado la innumerable cantidad de hilos colgantes, solo logró desconectar alguno. Pero el grueso que había tomado un diámetro de unos 50 cm se resistía a su empeño. Entonces, uno a uno y sin preguntar, comenzamos a colgarnos del cable hasta vencer la resistencia de la mayoría, que cayeron hacia un lado u otro formando una cortina sobre los negocios. Mejor nos vamos, dijo Rizzi haciendo un ademán desaprobatorio. El suceso, por más efecto narcótico que acarreara, no le había causado gracia a ninguno. Salimos del lugar sin apuro. Algunos chicos que salían de las fiestas miraban extrañados.
Caminamos en silencio y sin rumbo unas cuadras más. belno sostenía todavía en una de sus manos, su dispositivo piedra-cable. Cuando nos dimos cuenta que belno había vuelto a tirar el cable y otra vez estaba tratando de tirar abajo otro cablerio, sin mediar palabras Rizzi le emboco un piña y se empezaron a pegar. . ."
Leser

Sobre este hecho se refirió otro de los entrevistados para este trabajo:
". . .Todos sabemos que las rebeldías frontales, por más que estén apoyadas en las razones más justas, son desacreditadas siempre por una cuestión de actitud. Estar en contra, carga consigo un trabajo que, de no llevar los tiempos debidamente, puede hacer caer a uno en los mismos métodos que se enfrentan. Por más que tratar de hacer entender no tuviera sentido para nosotros, puesto que ni en ese entonces ni hoy, aunque lo analicemos, sabíamos lo que hacíamos. Era natural tratar de provocar o imponer nuestra interpretación unilateral de la realidad. Pero nosotros no buscábamos destruir ese inconsciente inconsistente porque al hacerlo solo llevaríamos a otro pensamiento. Lo difícil, lo que queríamos era no cambiar una cosa por otra y armar otra afirmación tan vil como todas las verdades absolutas. No intentábamos planear, no intentábamos no equivocarnos pero tampoco intentábamos desviar la vista.
No íbamos a hacer como el estilista y coiffeur Norberto que cuando no le gustaba un corte de pelo o peinado que había hecho le cortaba la cabeza al cliente.
belno se equivocaba, todos nos equivocábamos, el solo quería joder un poco al sistema financiero, aportar al caos burocrático no estaba en discusión, solo que ese día yo vi que en belno había saña, Rizzi le dijo algo como que los teléfonos también salvaban vidas, o hablaban de amor, era una cuestión difícil, todos estábamos sensibles. Ya era más peligroso andar con pintura que con porro y de hecho ya hacia una semana que ninguno había salido a tirarle nada a nadie. . ."
Agogó

". . .Senito manejaba la hipótesis de revancha adelantada. No venganza. Lo hacia como si supiéramos todo lo que nos va a suceder. Como sucesión, ellos nos van a suceder. Sé lo que quiero pero no quiero. . ."
belno


". . .Camino aturdido, agobiado, la imagen patéticamente apócrifa. El equilibrio esta en el movimiento, la sensación de movimiento o la intención, la que si no estuviera nos obligaría a perderlo y caer.
Para cualquier gente lo que digo y lo que hago no es importante. Todo lo que es traducido en palabras deja de ser significante. . ."
Rizzi



6- RETROSPECTIVA DE UN RETROVISOR

". . .Le explico, en un momento quisimos organizarnos, ¿vio? Hasta hicimos una lista de todo lo que merecería un bombazo de pintura desde el dueño de un perro que caga en la calle hasta la gente que chusmeaba o los que nos miraban mal. Ni me acuerdo todo lo que había en la lista pero imagínese que nadie iba a consultar una lista para ir a tirar pintura. Y que yo recuerde solo salimos una vez todos juntos a tirar pintura y terminamos no haciéndolo.
Eran maldades, directamente, y ese tipo de cosas no se plantean ni se planean. La irreverencia la llevamos encima pero de ahí a coordinarla hay demasiado trecho. Bueno, a mi vino belno y me dijo: “fíjate si podes diseñar un sistema para tirar lavandina en el centro sin que nos vean” Él quería, algo así como un sistema de caños de plástico que tire como la flor de chasco que va en el ojal del saco y tira agua. Una enfermedad imagínese. Solo un drogado puede decir en voz alta esas cosas. Le dije que use jeringas descartables y listo. Por supuesto, lo hizo. El otro, el amigo, le daba a los nenes de la calle pistolitas de agua con lavandina o liquido para frenos para que le tiren a los autos que pasaban. imagínese que desastre. . ."
Tuctuc

". . .Dicen que yo tenia que ver con los cazabobos. Eso nunca existió, eso fue parte del delirio, del temor. A parte usar ese termino caza bobo teniendo en cuenta el parámetro de ese tipo de metodología en la época de la guerra civil, con todo lo que conlleva a eso. Mire, lo de cazabobos es mentira. una vez uno dijo que podría hacerse algo así como los muñecos con resortes que saltan cuando se abre la lata cuando un curioso quería ver adentro. pensar que nosotros íbamos a perder tiempo en armar eso es una locura, un dispositivo para la pintada, que ridiculez. . ."
Tuctuc

Se sabe que Tuctuc había adquirido el vicio de entrar a los lugares públicos, bancos oficinas y shoppings a arrojar lavandina con una jeringa a la ropa de la gente más elegante. La lavandina huele mucho, lo cual hace que el incauto perciba el ataque en un par de minutos. Queda de más explicar porque lo hacia. Según cuentan, era una manera de descargar la indignación que lea provocaba el tener que llegar a la aberración de pintar a los animales para que no los maten por su piel.
También dicen que metía pintura en los bolsillos de los sacos o en las carteras.
Tiraba liquido de frenos a los autos caros y que se divertía trabando los teléfonos públicos para que la gente pudiera hablar sin necesidad de poner monedas o tarjetas.
Con el tiempo el rencor del resentimiento general se desato y hacer este tipo de maldades fue parte sustancial de la sociedad durante el jubileo tiratinta. Hasta estaba legitimada y tácitamente aceptada cualquier tipo de agresión de esta índole.
los redactores

". . .Esta es otra de tantas historias sobre estupidez humana. De como todo tipo de comportamiento puede llegar a devenir estupidez. Desde la cortesía al desdén, desde la bondad al egoísmo, desde las convenciones hasta los cambios, de la evasión a la curiosidad, desde los premios que siempre son injustos hasta el no-reconocimiento, desde la satisfacción del deber cumplido hasta la consecuencia con uno mismo. desde este disparate hasta dispararse para disiparse. . ."
Rizzi

". . .Es verdad que en la época tiratinta parecía haber en el aire una carga de liberación, de intención de reacción. La gente estaba mas dispuesta a hacerse valer que a rebelarse torpemente cuando era avasallada con imposiciones. el respeto por si mismo y por los demás parecía ser el camino a recuperar pero todo quedó allí, en la nada. . ."
Agogó

El mismo día que organizaron la única acción tiratinta preconcebida, a la salida de tribunales, un abogado recibió un bombazo de tinta roja, mientras era reporteado por la TV por uno de sus casos. Le tiraron un algodón empapado en tina roja indeleble. Obviamente le arruinaron el traje. Se especuló durante todo ese día sobre que solo se tratara de una reprimenda por el caso que estaba llevando adelante. A media tarde, una conductora de un programa televisivo sobre las intimidades de la farándula también recibió un bombazo de pintura por parte de un desconocido que se dio a la fuga ante el estupor del público y el equipo de producción. Esta vez el elemento usado fue un globito de carnaval con pintura naranja. La osadía del acto del desconocido, quien se cuidó de que su rostro no sea tomado por ninguna de las cámaras, llegó al punto tal que, ni bien la mujer embadurnaba terminaba de comprender lo sucedido, se acercó a esta y demás personas que estaban en el panel y descargó el contenido de tinta azul que tenía en una de esas pistolitas de agua que usan los niños. Casi a la misma hora un paquete de chasco una lata con una marioneta de resorte, de esas que saltan apenas se abren, llena de ketchup enchastro el estudio central de la radio deportiva más importante de la ciudad. A la noche el conductor de un programa de variedades informales, esos que usan tono progresivo y cómplice, fue victima del mismo dispositivo que, un momento antes, le había entregado alguien del público a quien no se pudo identificar.
Se sabe que hubo un par de intentos más que no fueron consumados o no fueron difundidos por tratarse de programas grabados.
A la semana siguiente varios políticos, policías, bancos fueron bombardeados alguien había entendido el mensaje. Pero los tiratintas entrevistados se desentienden de esas ocasiones y aunque no emiten opinión con respecto a los ataques mediáticos, no los niegan.
los redactores

". . .considerarme un imbécil y reconocerme en la mayoría de mis errores me ha costado ser juzgado como un negativista. A mí, por el contrario, ese espíritu autocrítico me parece prueba fehaciente del positivismo más idealista con el que me identifico. . ."
belno

“. . .Yo venía atontado por la lluvia, todo era gris, la gente, el cielo, yo, mismo también. No me acuerdo bien si estaba yendo para el trabajo o ya estaba buscando saldos de cuentas de la oficina de banco en banco. Yo iba tranquilo, sin apuro, en eso levanto la vista y veo un muchacho con los pelos de colores que se me viene encima corriendo desesperado. De casualidad me esquiva y mientras me pasa por al lado, me dice: “corré”. No sé por qué en la confusión también me lance a la carrera. Me di cuenta que éramos varios los que corríamos, otro pibe con el pelo coloreado, unos señores de traje, gente común, mujeres. No sé, era como una oleada de gente a la cual se le iba sumando más gente. La otra, la que no corría se nos quedaba mirando sin entender. Por supuesto, a las dos o tres cuadras paré. Otros siguieron corriendo, algunos pararon conmigo concensuando la pregunta obvia, ¿qué estamos haciendo? Es el día de hoy que no sé que paso, pero esa no fue la ultima vez que vi algo así. . .”
Un testigo

“. . . a Rizzi le encantaba la ola que hacían las hinchadas en la cancha. A él se le ocurrió la joda. Empezábamos a correr entre la gente simulando una situación de peligro, agitábamos un poco y algunas personas se nos prendían. Una vuelta enganchamos muchísima gente. Corríamos un poco como para incentivar y después parábamos pero la cosa seguía. Nadie entendía nada. Cuando nos preguntaban por que corríamos nos hacíamos los boludos. Una vuelta nos paró un policía que pensaba que nos habíamos afanado algo pero como vio que otra gente corría, y no a nosotros, nos dejo tranquilos. Siempre lo hacíamos en la peatonal del centro. . .”
Tuctuc



7- La imposición imposible


". . .Matías fue siempre un tipo emprendedor, brillante. Elucubrador como ninguno, escondido bajo una apariencia correcta, pulcra y medida, fue capaz de concretar hasta la mas descabellada de sus intenciones. Estoy seguro de que muchos tergiversarán sus deseos, de manera de ubicar a estos como parte de otra inconciencia juvenil inconsistente. Tantas falacias se dirán como las que puedan salir de las vísceras carcomidas de ignorancia de aquellos que en un mismo suspiro juzgan y condenan y en el siguiente glorifican. Para no extenderme en cosas que no vienen al caso, no voy a explicar las causas que impulsan constantemente los deseos de Matías y me voy a limitar al relato de lo sucedido en una circunstancia en particular.
Fue así, Matías y Manu (otro personaje real) bombardearon con pintura el obelisco. El obelisco no es mas que un monumento en forma de falo de ángulos rectos de unos 30 metros de altura que identifica iconográficamente la ciudad donde vivimos y que funde en sí mismo un pasado de noble entereza patria. Construcción reconocida por la mayoría como el corazón de la urbe.
Tantas veces había hablado Matías de llevar a cabo un ataque tiratinta al obelisco que el hecho de nombrar el caso ya se nos había concretado en fantasía inmóvil salvo que una noche de aburrimiento típico del calor veraniego, rutinario y melancólico, ambos llegaron a mi casa a pedirme un poco de pintura para pintar unas puertas. Si bien era de noche, el pedido no era raro. Los horarios, a cierta altura de nuestra juventud, no son para nada extraños, sobre todo si vivimos solos. Por supuesto, les di la pintura que encontré, esmalte sintético marrón. Como yo tenia que seguir usando un poco de aquella, no les di la lata entera. Solo se llevaron unos 2 litros repartidos en 4 o 5 frascos de vidrio de los que se usan para envasar mermelada. Después de eso me olvide de ellos y quede haciendo lo que hacia siempre en las noches de esa época: oscilaba entre la TV, la computadora y la guitarra.
A eso de las once de la noche volvieron con la novedad. Habían logrado impactar al menos tres frascos sobre los laterales del monumento pudiendo sortear, a la vez, la reja y las miradas de los insomnes que allí se encontraban. No habían podido elegir un momento peor para hacerlo pero conociendo a Matías sé que el instante escogido no fue casual. Sábado 10 de la noche, pleno centro congestionado de gente que no corre apurada sino que deambula taciturna tomando fresco en las plazoletas que circundan la construcción fálica. Allí los artesanos se reúnen a feriar y los artistas callejeros hacen lo suyo. En aquel sitio, confluyen las avenidas más importantes de la ciudad con la gente que sale de los cines y teatros formando un caudal humano excesivo. En pocas palabras, hay demasiada gente y por ende demasiada policía.
Tuvieron suerte, apenas llegaron, mientras estaban estudiando el panorama, hubo un choque y una corrida de gente convulsionada y la atención de la gran mayoría se dirigió hacia esa secuencia. Matías me dijo que sintió que el tiempo iba mas lento y que sin mediar un pensamiento de reflexión revoleo un frasco que estallo a unos 12 metros de altura, en el lado más oculto de los cuatro al cuadro del choque que se estaba desarrollando. Acto superpuesto, mientras volaba el frasco arrojado por Matías, Manu ya había arrojado uno de los suyos sobre el lado norte, al tiempo que seguía la trayectoria con la vista y caminaba de lado para tomar posición sobre el lado siguiente y perdía la visión de su compañero. Aunque el propio vértigo y aceleración los embargaba nadie parecía notar lo que hacían. Manu me dijo que no pudo escuchar los impactos que manchaban sordamente. Matías terminó tirando un tercer frasco y cuando ambos se reencontraron en el cuarto lado, le tuvo que sostener la mano a Manu reprimiendo el riesgo de la exposición. Entonces, se dieron vuelta y se encaminaron hacia el sur por la avenida, alejándose de lo que seria el frente de ese bloque en forma de lápiz. Entre por sobre su hombro, sin mirar atrás, uno de los dos arrojó un ultimo frasco por arriba de la reja que, hace ya varios años, circunda y salvaguarda la integridad del monolito. Y mientras ese ultimo proyectil impactaba Manu, cámara en mano, eyectaba fotos hacia la posteridad y eternización del momento.
Ambos son aficionados a la fotografía, y aunque esto parezca no tener relación, yo siempre asumí que esa afición y visión de los espacios citadinos, que a menudo solían retratar; esa percepción de la perversión de los objetos caóticos, en su mayoría inútiles y fuera de uso, llevó a ellos, como parte de un devenir evolutivo coherente, a tratar de transformarlos. Sé que por ahí, hoy, después de todo, yo también puedo acercarme a esa visión deformada de la estructura como ese concepto tácito que ellos manejaban y, de vez en cuando, me participaban.
Entonces sacaron fotos de todos los lados, de la gente, de los que de a poco iban descubriendo sin entender los terribles y nítidos manchones que ostentaba el monumento los cuales todavía chorreaban la viscosa mezcla de esmalte sintético y limadura de vidrio. Cuando se cansaron de admirar su impune realización volvieron a buscarme, yo que era el que les había trasmitido historias de los sucesos tiratintas fui algo así como su inspiración y era el principal destinatario de su relato accionario. Así los acompañe intrigado a observar su obra. Entre una cosa y la otra, el caminar las 30 cuadras que separaban mi casa del centro habrá vuelto a las tres horas de acaecido el atentado. Cuando llegamos a la escena del crimen increíblemente las manchas ya habían sido cubiertas, circunstancia mas que extraña por el día la hora la ineficiencia de la cual siempre hace alarde la administración publica, mas el hecho de tener que montar una gran estructura o un andamiaje para acceder a la altura donde teóricamente habían estado las memorables manchas. Por cierto, no recuerdo haber dudado de ellos, pero hurgué con mi vista y por mas que la iluminación especial del monumento ya no estuviera funcionando por la hora, pude notar el contorno de una de las grandes manchas que se dejaba ver entre la pintura cubritiva que todavía estaba húmeda.
Matías me contó que era esperable aunque sorprendente la velocidad de la acción comunal. Puesto que antes de enrejar el monumento le gente siempre le hacia grafittis o lo empapelaban con propaganda política.
Al día siguiente, Matías me mostró las fotos de las cuales todavía conservo algunas. Después de esa noche, el ya no abordo mas el tema del obelisco y esa obsesión parecía haberse calmado para dar lugar a otras. Sin embargo, el obelisco volvió a nuestras charlas pero esta vez la cuestión era distinta. La idea pasó a ser definitivamente la destrucción del mismo. La manera, más efectiva, para él, era demolerlo. Para ello debía utilizar maquinaria pesada o jalarlo desde abajo, desde el túnel del subte debilitando sus cimientos. Esa era la disyuntiva por la cual atravesaba su obsesión. Amen de los otros detalles que tenían que ver con llevar a cabo su objetivo sin que nadie lo detuviera.
Mas allá de la improbabilidad de las probabilidades de hacerlo, hizo las averiguaciones pertinentes como para realizar su intención. Primero se encaramaba en charlas con operarios de la construcción, después, con los maquinistas de demolición de una casa que estaban tirando abajo a unas cuadras de la mía. Al tiempo fue a consultar directamente a una empresa, queriendo hacerse pasar por empleado de la administración de un barrio privado que quería demoler un gran tanque de agua de proporciones similares a las del monolito. Investigo en Internet y hasta se consultó todo tipo de bibliografía. Por supuesto, a esa altura, el tema del obelisco ya era de nuevo el mismo franeleo utópico por el que habíamos sufrido tanto antes, cuando hablábamos de pintarrajearlo.
No había otra cosa que atrajera ya su atención en ese entonces, como siempre sus estudios y amistades quedaron relegados a sus elucubraciones, doy fe de que hasta Manu intentaba una y otra vez de hacerle ver la imposibilidad de no ir preso. Igualmente era claro que la idea de hacerlo estallar o implotar no estaba en su cabeza. Él quería destruirlo de forma más sutil. "Me gustaría corroerlo" me dijo y en ese instante se le ocurrió.
Yo sé que destruir ese emblema citadino, tenia que ver con destruir otro tipo de cosas que tenían que ver solo con atacar lo que le molestaba de la gente. El shock sorpresivo para su propia diversión no era el sentido eso queda fuera de duda.
Hallo la respuesta que tanto buscaba, obviamente me ofrecí a ayudarlo. Era claro, debía buscar una manera de pervertir el material con el que estaba hecho, debía enfermarlo. Entonces, investigo más. Supo que tipo de cemento, de cal y de mezcla se había usado para la construcción. También averiguo con cuales materiales se le habían ido reparando las fisuras a lo largo de los años. Eso fue lo que le permitió saber que ni los materiales ni los métodos de construcción eran los mismos antes que ahora. No sé bien los pormenores, pero al fin todo le resultó bastante fácil. Tuvo que esperar la oportunidad para hacerlo. Yo lo único que sé, es que él quería hacer unos agujeros, pequeños orificios en el piso y en la base a unos diez centímetros para inyectarle unos líquidos. Pensaba hacerlo el día de la maratón que auspiciaba el gobierno de la ciudad el día de la primavera, porque todos los años se montaba el escenario de la entrega de premios sobre uno de los lados del obelisco. Bueno, esos líquidos debían ir descomponiendo o separando los materiales. Por un lado la arena, por otro la cal, por otro el cemento, etc. O sea, que iban a volver a constituir cada uno de los diferentes polvos. Yo no sé si lo que hizo Matías tuvo algo que ver pero, ¿cuantas veces trataron de emparchar el obelisco antes de decidir tirarlo abajo?.
Yo todavía conservo algunas fotos de ese día que me regalo Manu.
supongo que después de todo lo que yo les estoy contando ustedes van a mantener anónimo mi nombre. . ."
Un testigo




8 - Efemérides de lo efímero

"No señor, lo que pasa. . .no estoy exaltado. Me indigna que usted quiera que yo le transmita una historieta perfectamente aceitada, yo no soy ni héroe ni antihéroe. Me molesta que alguien pueda llegar a interpretar esto como una ficción de personajes calculados.
La verdad es que considero inentendible la búsqueda de algo que merezca ser contado dentro de nuestro pasado. En verdad yo creo que, o ustedes no tienen nada que hacer o este trabajo de investigación no es mas que otra estafa editorial. No hay nada de sorprendente en lo que hicimos, no hay nada distinto a lo que hace cualquier grupo de personas a esa edad. No hubo ningún tipo de motivación ni épica ni aventurezca. Solo éramos unos pibes empepados pintarrajeándonos y pintarrajeando lo que podíamos. Era solo eso. Diversión absurda, risas por contagio social, evasión por compromiso. . .”
Belno

“. . .Yo si puedo contar que fue lo que en verdad paso y como fue que se desvirtuó todo. No entiendo porque directamente no me lo vinieron a preguntar y punto. La cuestión era simple, planteamos un ataque artístico ante todo. Provocados por nuestro propio descontento y la necesidad de subvertir valores antisolidarios y egoístas nos convertimos en saboteadores conscientes de la mezquindad organizada. Como todos los que asumen su función en una determinada circunstancia debíamos asumir nuestras propias contradicciones y no terminar por justificarnos con frases como “el fin que justifica los medios”.
Sin darle un sentido religioso u moral para comenzar la explicación debo recurrir al fenómeno de las marcas, de una historia de la humanidad llena de marcas. Como cuando en oriente cortaban las manos de los ladrones o a los judíos se los tatuaba en los campos de exterminio o en la edad media marcaban las casas en las que había enfermos de alguna peste. Así como los legajos se manchan o como, en la propia persecución exclusora que la mayoría de los que no encontramos lugar hemos soportado desde siempre, se nos ha tachado. La palabra misma lo dice, tachado. Tachados, directamente, de la inclusión dentro de la sociedad.
Es verdad que a mí siempre me intereso y me atrajo el juego de la marginalidad, pero siempre he preferido la bomba de pintura y no la molotov. Por supuesto lo que hoy les puedo contar es parte de lo que jamás sucedió, salvo en la fantasía estúpida de los que siempre intentan sacar provecho de cualquier situación, aquellos que intentan y lamentablemente consiguen algún tipo de rédito político o económico a nuestra costa, y eso es lo único que debo reprocharme. Tanto se ha hablado, tanto se ha dicho, y si esta compilación de datos llega a ser realmente seria, si este libro llega a ser, aunque sea, un esbozo de lo que hemos sentido, yo voy a estar más que conforme. Aunque, desde ya, no comparta la idea de contarle a todos lo que nosotros hicimos, puesto que creo que en eso, no hay nada mas que anécdotas de juventud, y estas poco tienen que ver con un compromiso real o un planteo de cambio.
Estaría de más explicar los motivos y las cuestiones que nos llevaron al punto de armar algo así como una seudo célula agitadora. Nuestros objetivos fueron discotecas, espectáculos públicos, bancos, políticos, autos caros, empresas, modas y todo aquello que suponía una ostentación monetaria o mezquinosa, todo aquello que denotara una sensación o sentido de superación. En uno u otro sentido era una descarga contra ese tipo de violencia que siempre hemos sufrido los que no fuimos ni populares ni violentos.
El periodo de tiempo al cual nos estamos refiriendo debe haber abarcado unos 3 o 4 meses hasta nuestra dispersión por aburrimiento y disparidad de ideas. lo demás fue solo una cuestión mediática, hay demasiada miseria en el planeta como para andar mostrándola, así que se necesitan nuevos enemigos, generar nuevos criminales como para justificar el control. . ."
belno

Alguien alteró la señal de cable de los más importantes barrios de la ciudad. Con la ayuda de un ingenioso artefacto casero hecho con los propios reguladores de señal (aparatos que se usan para que la señal que se trasmite por los cables no se debilite a lo largo de su recorrido) robados a la empresa de cable televisivo. O sea, que con sus mismos elementos se transformó toda la señal en una zona de la ciudad y ,desde una vídeo casetera abandonada en la terraza de un edificio, se trasmitió, durante una hora en todos los canales de los televisores. La programación alternaba un recital en vivo del sepulcro punk y los responsables no inscriptos (unos conjuntos de rock contestatarios de la época, realizado frente al shopping hasta ser desalojado por la autoridad pertinente), con un obvio potpurrí de imágenes muy crudas, recortadas, (hambre, nazismo, bombas, tumultos populares, guerra, políticos hablando, artistas, fútbol, nacimientos, cementerios, etcétera) En suma, un colage histórico que representaba a la humanidad. Salvo el inconveniente de que el audio no se pudo ser apreciado, algunas personas conservan hoy grabaciones de dicho video.
El hecho fue adjudicado a los tiratintas más por el momento que por tener la certeza de su participación en el asunto. En verdad, ya toda acción o suceso atípico se consideraba tiratinta.
los redactores

". . .La idea de que un hecho simple, que no se saliera de los cánones del molde, aunque esa fuera toda la intención, cambiara de plano el curso de nuestras apocadas existencias, fue, por lo menos mi intención de reacción.
Pueden seguir hablando en términos de la cobardía de tirar la piedra y esconder la mano, a mí eso ni me importa. En toda manifestación libre se afecta de alguna manera la libertad del otro. Que hablen de mi frialdad, de mi falta de escrúpulos, cuando en realidad lo único que yo accionaba era un mecanismo de diversión que servía a ese especial juego que teníamos solo me produce más risa. O también invente yo que la gente tire tomates a los artistas que le disgustan, o la guerra de agua del carnaval, las bombitas de agua exageradas en la maldad de ponerles un poco de lavandina, aire o arenilla. Yo tuve algo que ver en la costumbre de tirar huevos en la fiesta de la primavera en los parques.
Si se nos quiere adjudicar la creación de un método, se peca de ingenuidad. La autoría popular es indiscutible. Sumen eso a Jackson Pollock, a una historia de la humanidad llena de referencias a la compulsión de arrojar objetos.
Ahí quedan en mi memoria los reproches de los activistas que matan por sus ideales, de los que no son capaces de hacer nada concreto por los suyos, de los que nos tildaron a nosotros como tales, y ojala hoy yo pudiera sentir que fuimos la gota que rebalso el vaso, pero ni eso somos, toda esta mentira estúpida no es mas que otra nota de color para la edición del domingo para leer con el mate de la mañana.
A veces me parece que debe haber otras maneras de vivir que no tengan que ver con el debe y haber de los asientos contables, pero enseguida me doy cuenta de la realidad. Otras veces presiento que no todo debe ser subirme al transporte urbano, conserve la derecha y mire atrás al bajar, y al instante entiendo el cartel de circule con precaución. En algunas ocasiones, tengo la sensación de que habría otra manera de relacionarme con los demás, sin embargo, comprendo que todos son potenciales enemigos y la mera competencia solo hará de ellos acusadores, testigos, jueces o abogados.
Suelo suponer que lo único que debo satisfacer es mi propia hambre, el problema es que no puedo dominar el apetito de mi ego. La gula de mi ser.
¿Sabe qué? Para mí es fascinantemente divertido ver como ahora la mayoría de las personas se quejan de lo mismo que nosotros estábamos marcando. Ellos que, en ese entonces, estaban muy ocupados provocando esta consecuencia social, hoy son quienes se sorprenden ante lo que ven y quieren hacernos parte de la novedad de la tragedia que no es tal, que siempre estuvo y va a estar donde uno quiera ver. Nosotros o, por lo menos, yo ya ni le doy importancia, no hay nada que aclarar. No me siento más allá, pero tampoco hoy soy capaz de culpar, achacar ni castigar la ignorancia de los demás porque no puedo reprocharme la propia. Ya ni me importa marcar diferencias, ni defender mi postura destrozando la de otro, no voy a caer, como así tampoco voy a comprender otro contexto que no sea el mío. No pienso volver a caer en el auto engaño de buscar culpables en otros y no en nosotros mismos.
La exposición que sufrí de todas partes, el personaje que crearon de mí los medios, el bastardeo de los ideales, los que me veían como un criminal, los que teóricamente pensaban lo mismo que yo que no habían hecho nada al respecto y encima juzgaban mi accionar, ellos los progre y en teoría libertarios, con su moralismo ideológico, fueron todas cosas que me llevaron a la ejecución dentro de esa realidad inesperada por la travesura inútil de tirar pintura.
Los unos compraban todo lo que se les vendía, los otros también se dejaban llevar por las apariencias, por aquello que creían ver. Eso me trae a la memoria una frase que Leser le entrego a una chica muy fashion que lo había mirado de arriba abajo, desaprobando su apariencia: “Vos sos tan chic, y de tan chic, tan shitse serás”. Era un juego de palabras devastador. Yo no sé bien pero según el shitse (o algo por el estilo) quería decir mucama en hebreo. Él odiaba, pero en verdad odiaba a la gente común, a la gente cortada por la tijera de los designios de la cultura telecatolicamodernizada. El los llamaba sencillamente convencionales, por supuesto era discriminatorio, era odioso, pero yo no voy a decir que en algún aspecto no estaba de acuerdo. Mas si sé que somos parte de la guerra social que nos ha absorbido. Sé que en ese rechazo había mas temerosidad que temeridad, suponía que esa gente iba a acabar con él, con lo que quería, con los que quería. Esos jóvenes como nosotros pero diferentes, eran pichones de cretinos, eran potenciales abogados, contadores, policías, jueces, e iban a cumplir los roles que eternizarían la parte más despiadada de nuestra organización social. Eso le causaba un miedo excepcional que casi llegaba al pánico de solo pensar en todos los problemas que se suscitarían por querer vivir a su manera. Se negaba a cumplir con lo establecido, con lo que sus padres querían para él, por lo menos ya tenia en claro lo que quería, yo nunca encontré un lugar donde manifestar mis inquietudes y creo que ni siquiera tuve inquietudes ni hobbies mas allá de hacer un poco de lío. . ."
belno

". . .en una entrevista de trabajo una psicóloga concluyó que Belno estaba enojado con el mundo y se lo dijo. Por supuesto el no quería un trabajo solo se sentía en la obligación de ir a buscar, a sabiendas que no le darían trabajo alguno. Entonces se despachaba de manera comedida en su visión del mundo intentando aunque sea desencajar al entrevistador o más no fuera crearle alguna duda, y no llevar adelante el rol de actitud sumisa del que pide. . ."
Leser

". . .Senito me dijo sos un rebelde estúpido, rebelado pero lo que menos me gustaría es que no fueras así. yo soy solo una foto mía revelada en 45''. . ."
Belno

". . yo sigo poniéndome contento cuando veo que todos hablan de lo que no saben. Me pone tan feliz de que la gente de su mejor perfil dando la espalda.
Es tan simpático asistir al espectáculo de la rapiña de un billete más.
Es realmente divertido sentarse a fumar mirando como se apuñalan.
Nosotros somos fuimos y seremos la mano siniestra, en verdad somos pero de lo que siempre se ha descrito.
Senito decía que cuando nos pasaran la película de nuestra vida después de muertos entenderíamos todo. Yo creo haber entendido algo o estoy convencido de que mi obsesión por cambiar el mundo, además de ser mi gran excusa, ha sido en si el logro mas encumbrado de mi vida. El hecho de ser portador y repetidor de ideales que otros han tenido antes de mi existencia, esa perpetuidad de un discurso es la meta. Porque los que vengan después o los que están ahora no se sentirán solos en la lucha por la especie. Pensamos en una especie en la que sus individuos funcionan de manera no egoísta y no se interrelacionan como manada. Igualmente, también creo que la humanidad debería terminar ya tomar todo su propio veneno.
En aquella época había gente que ponía unas calcomanías en las lunetas de sus autos, con la frase "Estoy en contra", con el fin de no recibir agresiones por parte de los tiratintas. También las había en algunos comercios. La intención era protegerse mas que solidarizar con la idea. Dicho eslogan había sido adjudicado a los tiratintas porque aparecía en gran parte de los atentados, escrito en aerosol marcador o como fuera siempre cercano a los manchones de pintura. . . "
Belno




9 ABSORCION DEL ABSURDO

". . .Más allá de lo que generalmente se pueda suponer, los gauchos que habitaban las pampas argentinas, especialistas en los duelos a cuchillo, la mayoría de las veces no se mataban en dichos enfrentamientos y estos terminaban solo cuando se lograba herir al adversario. Las cicatrices que producían, esos estigmas que quedaban para toda la vida, eran marcas de vergüenza.
Hemos calificado nuestra dinámica del orden en el caos manteniendo una visión más que superflua sobre el asunto. La imagen descansa en la inmediatez como un trompo inmóvil al que solo le hace falta la mano impulsora.
Jugamos, mas eso nos corresponde, por donde nos esta permitido y aplastamos el césped con las manos, no lo pisamos porque este prohibido sino por no dañarlo. resta imaginar como se termina de componer el cuadro, cual es el lugar donde habría que colocar la ultima pieza. . ."
belno

". . .Agogó puede ralentizar su percepción, belno siempre lo admiro por eso. En aquella época él era parte sustancial del micro mundo que a posteriori conformarían los agitadores tiratinta. Vivía dentro de la estructura de la modernidad, esa que impone trabajo, responsabilidad y progreso económico personal. Mantenía a los padres, trabajaba todo el día y estudiaba. Uno de esos días, venía apurado por las calles del centro atiborradas de gentes. Al parar en la esquina reparó en la gente que, en su mayoría, dirigía sus miradas a una pareja de ciegos que, como todos, estaban esperando para cruzar a la acera de enfrente. El transito era pesado a esa hora, muchos ruidos que confunden. El semáforo se pone verde y todos empiezan a cruzar el se retrasa un poco pensando en sus cosas y arranca tarde. En eso ve como uno de los ciegos tropieza y cae en el medio de la avenida, atrás justo venían dos mujeres que esquivan sin mas al caído que intentaba levantarse con la ayuda y los nervios del otro. La secuencia debe haber durado 3 segundos hasta que él pudo asistirlos como lo haría cualquiera. Cuando terminaron de cruzar la calle apuro el paso hasta alcanzar a las dos jóvenes mujeres. Se acerco y les dijo "algunos ven menos que otros". En eso aparece un hombre, que parecía el marido de una de ellas, "¿qué te pasa?" Grito increpándolo de muy mala manera. "Preguntale a tu mujer" contesto, subiendo el tono de voz a la vez que le clavaba la vista a una de las mujeres que se había puesto roja de vergüenza mientras la otra se hacia la desentendida. El hombre arrojó un puñetazo que atinó a esquivar. Al tiempo que comenzaba un forcejeo que un vendedor callejero se metió a separar. Agogó trato de comenzar a explicar lo sucedido pero inmediatamente reprimió su explayación y se fue apurando el paso otra vez. El sentido común no se explica.
Una de las ventajas reales de la ciudad es que uno casi nunca puede saber que esta sucediendo en la otra cuadra, aprovechar ese defasaje de información es sustancial.
En la vida se nos plantean dos sentimientos trágicos, uno lleva al otro. Tornando la existencia en algo patético. Por un lado tenemos a la señora impotencia que nos demuestra cuan nulos podemos llegar a ser. A partir de ella surge el otro, la resignación, su hermana malévola que marca a las claras las situaciones que son irreversibles. Obviamente Agogó nunca creyó en ninguna de esas dos tiranas, sin embargo, a la fuerza, debió acostumbrarse a convivir con ellas, tratando de frecuentarlas lo menos posible.
Hay tantos carteles en la calle, tanta luz que no alumbra sino que atrae las miradas como moscas, tanta información inútil que satura, distrae y marea, que para una persona como él, deben ser el suplicio de su desconcentración. Las publicidades obsesionaban a Agogó tanto como para hacerlas blanco de la mayoría de sus descargas. Por supuesto que al principio se limitaba a romper aquellos carteles que tenía o, por algún motivo, quedaban a su alcance. Después, la guerra de pintura le dio la posibilidad de atacarlos aunque al poco tiempo se canso de solo mancharlos. En su interior, sabia que era una causa perdida y confundía el mensaje que su vandalismo estaba dando. Necesitaba dar una vuelta de rosca al tema y la encontró. Para eso hacia uso de su propio blanco y de sus métodos.
Hizo varias cosas, armaba moldes esténcil (Laminas caladas para pintar) y reproducía consignas en las paredes hasta que se cansaba, ejemplo: Toda una importante avenida, de punta a punta y a ambos lados, selló la frase: " jabón que lava mas blanco otro triunfo del progreso", también despegaba carteles y con letras de los logotipos de las marcas o con las palabras de las marcas enteras organizaba frases anticonsumistas o Absurdas que después audazmente pegaba parte por parte sobre carteles publicitarios estratégicos. Obviamente no duraban mucho, se los tapaban enseguida, pero la conformación de sus colages era tan sensitiva como sensible. Lo más destacado que realizó y que le costo más trabajo y esfuerzo, además de sagacidad inventiva y recursos, fue cambiar los slogan o mensajes de los grandes carteles (gigantografias), como los del centro o similares a los de las rutas. Gracias a un amigo que cuidaba una imprenta de noche y utilizando las mismas tipografías y colores de fondo parecidos, hacía el reemplazo. Para esto siempre lo ayudaba el linyera que se manejaba bien técnicamente. A parte, generalmente estos carteles se ubican en edificios, hay que acceder a las terrazas y en la época en que vivimos es muy difícil entrar a cualquier vivienda. Entonces, debía hacerse un trabajo fino, pasar por representantes de la agencia publicitaria o algo por el estilo. Habitualmente, el cambio que hacían los pibes tardaba un par de semanas en ser descubierto, porque la gente, bombardeada de información, lee lo que supone que esta escrito y no lo que esta escrito. Al principio se presumían errores tipográficos pero, al poco tiempo, un programa de TV descubrió que alguien estaba modificando los carteles por alguna razón especifica. Después, hacerlo se volvió riesgoso. Las empresas publicitarias tomaron más recaudos. Ya no era nada fácil acceder a los carteles. Aparte debían hacer un trabajo de espionaje bastante exhaustivo, averiguar la agencia que era dueña del cartel, a que hora hacerlo y todo lo demás. Agogó debía hacer cálculos y mediciones de tamaños aunque, las ultimas veces, obviaba esa parte e imprimía varias medidas. En ocasiones, no solo cambiaba palabras sino que hasta sumaba imágenes para terminar de formar un "concepto" como él lo llamaba.
La tarea no era simplemente cambiar el eslogan por una frase surrealista o ridícula. Lo que a sí mismo no se permitía era una modificación obvia como cambiar "es sentir de verdad" por "es sufrir de verdad". El cartel logrado era aquel que no pareciera alterado.
Al tornarse ya demasiado trabajosas y riesgosas dichas acciones, sumado a un par de situaciones que pusieron en peligro su integridad física, Agogó y el linyera decidieron suspenderlas por un tiempo. Es el día de hoy que su accionar no se detuvo y Agogó continúa diseñando y, en la medida de lo posible, concretando campañas gráficas apócrifas y anticorporativas. En aquel entonces, su despliegue se desarrollo dentro de lo que él llamaba campaña para ciegos. Que no era algo destinado a los no-videntes sino a las personas comunes que él consideraba como los verdaderos ciegos.
Pegaba stikers en los subtes, recuerdo el del hombre de traje con una cuerda en la espalda. Ponía carteles donde podía, estos no eran más grandes que una hoja doble oficio, aunque los hacia de varios tamaños, y su calidad era la de cualquier publicidad comercial. Algunos parecían no tener sentido pero eran mas que sugerentes: "Si no querés ir, no vayas." Era uno que instaba a no cumplir alguna obligación. Otros que recuerdo eran: "No sos el único que odia todo esto" y "Cualquiera puede ser quien quiera ser". También me acuerdo que pegaba frases a otros carteles que decían algo así como: "Si comprar esto te hace feliz entonces yo también puedo comprar tu felicidad". . ."
Leser

". . .una vez pego un cartel que tenia una silla de ruedas en una escalera mecánica que estuvo sin andar 4 meses. Después eso lo hacia siempre. Yo lo ayude una vez a tapar la foto de uno de esos carteles gigantes que estaba en la terraza de una casa. Tapamos la foto de una morocha de pelo lacio de una propaganda de shampoo, por la de una mujer pobre con un montón de nenes alrededor, uno en brazos y una nena agarrándole la mano libre. Era grande la foto, eh. tendría uno y medio x dos metros. . ."
Tuctuc

". . .Si, me acuerdo del cartel del shampoo, al slogan le agrego signos de pregunta. Si mal no recuerdo, la afirmación publicitaria rezaba: "Una mujer maravillosa debe tener un cabello maravilloso" . . ."
senito

". . ."Lo que joden son los carteles" me dijo entre dientes mientras se elevaba a una altura inaudita para de un puñetazo golpear el acrílico rígido de un cartel luminoso que oficiaba de techito de la vidriera de un negocio. Éramos chicos cuando paso eso. Siempre que podía le entraba a piedrazos a alguno. Una vez lo metieron preso por romper a piedrazos uno de una estación de servicio cerrada. Lo de tirarles pintura le encanto. Decía que a la vez de mancharlos e inutilizarlos le hacia publicidad a lo que hacíamos nosotros y por ahí alguien nos imitaría. Yo sé que él esperaba que alguien nos imitara. aunque es evidente que después no le gusto para nada que nos hayan imitado. . ."
Rizzi

". . .Tratando de desenmarañar la confusa trama universal, natural, existencia, todas las probabilidades, situaciones, azares, problemas infinitos. No poder apartar una situación de otra para después unirlas y abarcarlas todas a la vez sin que nos aplasten todas ellas. Sin que nos superen, sin que nos desquicien. Vuelven el trabajo a pequeñas dimensiones, a infinitesimales porciones para cada uno partes que a su vez están divididas en interminables secciones sucesivamente una arriba y abajo. No llegar a nada. No resignarse, un paso a la vez. una parte por vez. . ."
Rizzi

“. . .A mí me pueden decir lo que quieran, acá esta todo manchado, siempre lo estuvo. Acá están todos manchados, sucios. No me voy a poner a explicar la corrupción, ni la burocracia, ni el abuso de las corporaciones, ni nada de eso, pero todas esas cosas juntas o por separado matan gente y destruyen espíritus. Si el mundo esta controlado por los codiciosos ¿Yo qué puedo hacer?. Al linyera y a mí, nos cagaron a tiros cuando estábamos cambiando un cartel y tuvimos que escaparnos por los techos más de una vez. Los estúpidos estos mataron un pibe porque creyeron que había pintado a alguien. Es como si te mataran por pintar una consigna revolucionaria en una pared en la época de la dictadura. Amén de que el pibe no había hecho nada, se lo puede juzgar por pintarrajear algo tan inerte como una pared, esa gente esta muerta, no vive, presupone que alguien es exitoso porque tiene dinero o sale en televisión, se cree todo lo que le dicen los medios y siempre, como son la gran mayoría, creen que tienen razón. Ahora bien, ¿Quién inventó a los enemigos? ¿Quién lleva armas? . . .”
Agogó
¿Al servicio de que estas utilizando tu inteligencia?
¿Crees que podes obtener un poco de tu propia rebeldía en un CD?
¿Crees que porque tiene la pollera ajada y sucia es más fácil levantársela?.
¿Crees que porque tengo miedo de morir no me estoy matando?.


10 - Pulsión del impulso

Nota de los autores: La siguiente carta no iba a ser parte de este trabajo. Se trata de una comunicación personal. Aunque nos pareció de importancia su publicación.

Sr. Eduardo Adiosgracias
presente
Hay veces en que las amistades más intensas se extinguen en poco tiempo, lo malo no es que hay una razón, solo se deja de compartir. Pareciera que ya no hay mas que compartir no hay mas que hacer, que la carga emocional es demasiado pesada como para cohabitar o convivir en un mismo espacio. Por ene razones todo lo que nos paso en aquel tiempo, lo que hoy entiendo es mas sobre la separación que sobre otras cosas. Hay algo mas siempre. Hoy yo también trato de armar un criterio general reviendo y revisando cada una de las partes infructuosamente sin encontrar lógica alguna.
En verdad creía recordar, pero cuanto más me cuentan aquello que a la vez
sé que es cierto, yo no logro recordarlo. Usted me pide detalles y precisiones que yo no puedo y no querría darle. De todo lo sucedido solo lamento la perdida de la frescura, la muerte de la inocencia malévola que nos sostenía en la resistencia. Nosotros no somos mounstros, nosotros no nos caímos y lo que es peor hay muchos, muchísimos mas que harán lo mismo. Porque hay cuestiones de espíritu que son infranqueables, que son inexpugnables, y allí estamos quienes pataleamos una y otra vez. Como para que no se queden tranquilos, como para que no se fíen.
Yo sufrí mucho estas cuestiones, yo odie mucho mis propias sensaciones. no extraño ni realzo el recuerdo de esa época porque mi accionar hoy no ha cambiado. El de los demás sé que tampoco.
Cuando recibí su llamado el otro día para concertar la entrevista, me quede pensando en que podrían haberle dicho los otros, y llegué a la conclusión que aunque usted busque anécdotas y datos curiosos, a mí, como parte integral de la cuestión, son otros aspectos los que me gustaría trasmitirle. Algo que quizá estén olvidando u omitiendo. Yo creo que lo primordial para entender la situación o aunque sea tener un acercamiento mas claro, no son las causas ni los fines, ni las acciones, ni las peleas. Conocer realmente, es valorar que se trataba de seres humanos (jóvenes o no tanto) con inquietudes comunes y vidas tan confusas como las de cualquiera.
Esto lo digo porque me parece que si se empiezan a recortar motivos, efectos o desenlaces, se esta perdiendo de vista la cuestión fundamental, como ya le dije, que era el interés de encontrar un lugar común, un espacio de contención, de propuesta y no de protesta. Encontrar la calidez de la amistad y el compañerismo, y descubrir en nosotros mismos la potencialidad de nuestras inquietudes particulares. Es muy simple, éramos personas reales y no personajes ficticios.
Sé que esta carta puede resultarle un tanto desubicada puesto que yo desconozco la dirección que tomará su trabajo, sin embargo, es lo que en mi análisis quiero recalcar. En este planteo a mi pasado, en esta aclaración que estoy haciendo para su trabajo y, a la vez, para mí mismo, estoy tratando de dejar en claro que no por esto que digo mi intención es justificarlo. Solo trato de exponerlo, dejarlo expuesto, aunque no al punto de dejar traslucir cuestiones personales.
Entonces, lo que quiero dejar en claro es que no tendrían que quedar afuera de su investigación las sensaciones, los sentimientos y las ganas de no ser estereotipos, porque mostrarnos como tales nos haría nada mas que eso personajes, y lo que no quisimos nunca es ser los estereotipos típicos a los cuales parece que estamos condenados. Lo digo porque cuando uno describe y recorta una imagen, encasilla y de ese encasillamiento es en esencia de lo que escapábamos. Por supuesto entiendo que para la exposición del trabajo es indispensable ordenar las cosas dentro de una estructura pero seria muy fácil decir, por ejemplo: Agogó era el tipo de persona que por obligación debe cumplir un horario laboral a la vez que estudia y por esto se genera en el un resentimiento social, por mas que viva y tenga los gustos de la mayoría o que Rizzi en su juventud haya sido el consabido universitario intelectual de izquierda combativa que asiste a marchas y se enfrenta a la policía solo en esas circunstancias o representar a Senito como el timorato que nunca se mete en nada, aunque eso era lo que el dejaba ver a los demás. O seria tan fácil defenestrar a belno haciéndolo cumplir el rol del punki, borrachín, recitalero, callejero, descontrolado antitodo por mas que eso fuera lo más visible en él. Hacer esto, delinearlos o pintarlos, valga la licencia de pintura, de esa manera seria como limitar a las personas a un mero papel de personajes, cuando en verdad se quieren contar hechos y cosas de seres totalmente humanos, que por sus acciones no se pueden asociar a los personajes anónimamente típicos, que por suerte a mi entender no se pueden integrar a un preconcepto por mas que las apariencias los confundan con los perfiles impersonales. Impersonalizarlos es sacarlos de contexto, hacer eso, insisto, sería mas que erróneo, le diría que hasta nefasto, tanto como lo fue, en su momento, la tergiversación insidiosa de su despliegue accionario.
Creo que estoy dejando en claro que estoy convencido de que detrás de todo lo que se puede contar, hay algo mas, siempre hay algo mas y ese algo mas es lo principal. El disparador desencadenante, eso que hace que los hechos solo sean una anécdota de lo que en verdad tiene el trasfondo de la importancia. Eso que para mi se llama: humanidad, la humanidad de los errores.
No, ni Rizzi militaba en partido estudiantil de izquierda alguno, ni Senito bajaba la vista, ni belno rompía vidrieras, ni Agogó odiaba a todo el mundo; Aunque tampoco se puede decir que en algún momento no hallan sido así.
Entiendo que sea imposible explicar o relatar cada momento, cada sensación, cada secuencia pero les pido que por favor traten de mostrar en todo lo que a ustedes mas les interesa (los motivos del escándalo, la reacción) que detrás de todo aquello hubo gente, gente como cualquiera que a la larga nos dimos cuenta que podíamos hacer lo que quisiéramos proponernos y al final solo debíamos asumir el costo de no hacer las cosas por el camino fácil.
Bueno, desde aquí le mando un saludo de mi mayor consideración y espero que su trabajo llegue a un feliz termino. atentamente
Leser

Fue un día así, tipo sábado a la tarde. Me senté a tomar un licuadito en una mesa en la vereda. Era uno de esos barcitos que había en la zona bares de moda cerca de los estudios de TV. Yo había dejado el auto a unos pocos metros.
La verdad, fue todo como una película. Dos pendejos que caminaban entre las mesas lo más campantes, simulaban bendecir a la gente. Metían un palito en una lata de pintura y al sacarlo todo embadurnado hacían la señal de la cruz en el aire salpicando ex profeso a la gente que estaba tranquila tomando algo. Al principio, me pareció divertido y pintoresco, era como que sentía que a mi no me lo iban a hacer, yo como un idiota, les sonreía aprobatoriamente. Cuando llegaron a mi mesa, con la intención de hacerme lo mismo que a todos los demás que entre la sorpresa y el temor no habían hecho mas que protestar, me levante y corrí hasta el auto, con tanta mala suerte, que en apuro me deje los cigarrillos , el celular y las llaves del mismo junto a la jarra del licuado. Entonces, ante sus carcajadas volví sobre mis pasos, y resignado entre su sarcásticas risas, recibí su bendición sin pausa hasta poder a guarecerme en mi coche. Blasfemo, me gritaban los ignorantes. Como si yo hubiera dicho algo.
Un damnificado





11 - la congregación de la incongruencia

". . .Yo estaba con belno el día que mirando la TV vimos como en algún lugar de Europa una ecologista que se había colado en una conferencia de prensa le aplastó una torta de crema en la cara aun político. Al parecer, era el responsable de la aprobación de la construcción de una basurero nuclear o algo por el estilo.
Ya sé que eso no tiene parangón con lo que él hacia pero la indignación ridiculizadota del método de protesta en si lo cautivo dé tal manera que cuando Leser le contó lo que los amigos del padre hacían allá por los 50s, eso de tirarle bosta de caballo a los cajetillas a la salida de los teatros, la idea misma se terminó de establecer obsesivamente en su psiquis. Tirarle mierda a las clases acomodadas, no tenía más sentido que molestar un poco, pero según el padre de Leser era como la justicia de los pobres.
Esto lo digo porque estoy plenamente convencida de que el derivado de la discusión del inconformismo de los tiratintas no solo tenia que ver con la diversión, sino que intuyó en esas acciones las viejas y consabidas rencillas anticapitalistas, ecologistas y todos los sufijos "ista" que uno se podría imaginar.
Siempre recuerdo el modo en que las marcas se hacen y la impersonalidad de quienes las imponen. Como en un edificio que había cerca de donde yo vivía, en el que habían pintado un graffiti que decía; “Acá vive fulano de tal: ladrón y asesino”. Lo veo hoy en las pintadas en los bancos o en las empresas devuelvan la plata. Y no puedo dejar de reconocer que en los manchones de pintura decía prácticamente lo mismo, aunque con algunas diferencias en verdad no creo que les preocupara el dinero solo era agredir al sistema que representaba, o sea, el capitalismo.
Estoy segura que si hoy me encontrara con ellos me dirían que estoy equivocada. Que los estoy comparando con los activistas políticos y esa palabra, política, en ese entonces, ya la tomaban como un agravio. Sé que lo que los tiratintas hacían nada tenía que ver con un fin político conciente, solo se trataba de descargar la frustración de no querer pertenecer al juego y las reglas propuestas, a su indignación por la impotencia que les producía el no poder modificar lo que la mayoría interpretamos como realidad.
Yo que viví esa época con ellos, justo cuando empezaba a cursar sicología, lamento hoy no haber podido influir aunque sea en belno, que era mi amigo, los demás Rizzi, Agogó y los otros no me interesaban, pero por lo menos a el me hubiese gustado verlo canalizando su energía hacia un lugar de producción concreta y no hacia ese precoz susto virtual al que sometían a la gente agigantando el sentimiento de inseguridad que causaba su propia indefensión.
Me consta que belno algunas veces tomaba conciencia del alcance de los atentados de pintura, que le preocupaba su condición de juez y verdugo, sobre cuestiones que a sus condenados se les escapaban porque lo que los tiratintas juzgaban como malo, en el mundo occidental es licito: es legal el desprecio, es legal la diferencia económica de las personas, es legal la indiferencia, y a pesar de esto, la conciencia le jugaba depresiones constantes. El otro, Rizzi, el artista metafórico, lejos de tener cargos de conciencia se divertía, reía y era impulsor agitador. Aunque sé que sería difícil de entender, él no se situaba desde una posición de menosprecio, no se sentía superior, sino que su postura tenía que ver con el simple entendimiento y comprensión de la tiranía de la normalidad. Siempre repetía "Vamos a asistir inertes a la inercia."
En esa época yo salía con Rizzi, hace poco lo vi, me lo cruce en la calle y hablamos un rato, esta viviendo en Europa del este, creo que en Praga, me dijo. Vino a ver a los padres y se volvía. Le pregunte por belno y me dijo que no sabia ni donde vivía, no le creí. Los tiratintas habrán sido un pecado adolescente y tonto, pero sé que los marco de tal manera por ser el primer sueño desilusionante que es imposible que ellos no estén en contacto, me costaría creerlo por mas que fuera cierto. Supongo que belno sigue sin querer que el pasado lo encuentre, yo soy parte de ese pasado y Rizzi bien lo sabe tal vez por eso ni siquiera intercambiamos teléfonos.
Otra cosa que me acuerdo de ellos fue una vez que veníamos caminando por el centro. Cruzando una calle vemos a un nene que estaba pidiendo monedas a todos los autos que estaban detenidos por el semáforo esperando que se pusiera en verde. En eso, el nene se acerca a un auto ultramoderno para la época y vimos bien cuando el chofer sin dignarse a mirarlo a la cara ni contesto, ni sonrió con la cara de compromiso típica que mezcla sonrisa triste compungida con falsa culpa, solo cerro el vidrio polarizado ante las narices del niño que sin hacerse cargo paso al auto siguiente. Cuando me di vuelta para hacerle un comentario a los pibes belno estaba al lado de la puerta de aquel auto haciendo señas al tipo para que bajara la ventanilla para decirle algo. El pobre incauto ante la sonrisa de mi amigo confió, bajo la ventanilla y se dispuso a escuchar la primer frase, no la entendió "te vas a reencarnar etiope" ya que belno se la dijo usando una expresión de gesto afable y un tono como diciendo que se va a servir el señor. El tipo puso cara de no entender y ahí fue que belno le estampo un vaso de agua podrida que todavía no puedo entender de donde saco a la vez que le gritaba: “te vas a reencarnar Etiope, hijo de puta”. Mientras, Rizzi caminaba por arriba del auto dando un par de saltos del techo al capo y viceversa. Los autos tocaban bocina porque querían avanzar. En cuanto pudo el tipo arranco asustadísimo. Yo estaba más asustada y sorprendida todavía por lo que había visto que eran capaces de hacer juntos aquellos inconscientes. Yo quería huir desaparecer, sin embargo, nos fuimos caminando tranquilos como si no hubiera pasado nada, esa fue la ultima vez que anduve sola en la calle con ellos.
Ahora bien, si al juego de los tiratintas se lo tildo de ataque oculto cobarde y anónimo, en comparación con el juego financiero de la bolsa, que también lo es, es cosa de niños.
Lo que nunca voy a entender es como los servicios de inteligencia manejaron la cuestión destrozando la vida de unos jóvenes con todas sus ilusiones por delante. o si lo entiendo y desde ese lado nunca voy a dejar de ser yo otra tiratinta. . ."
Rosita

" Yo ya me canse del que me importa, del porque sí. Estoy aburrido de protestar por los medios que enferman, de solo hablar y explicar para entender. Las reacciones no se explican, no hay nada que explicar ni entender ¿Cómo interpretar nuestro sentido común? No quiero ser parte del equilibrio entre los pobres culpados y los ricos culpables. De los que se quieren llenar de edificantes sensaciones y de los que eligen o no vivir en la mierda."
belno



12 – Idiosincrasia de la idiotez

". . .Lo que yo recuerdo de esa época es bastante confuso. Aunque digamos que lo primero es lo primero, para no pormenorizar ni extendernos en detalles inútiles, la cosa era más o menos así. Siete perfectos desconocidos confluyeron de la nada en una vieja casa del barrio viejo. Cada uno conocía, en verdad, a dos o tres de los otros, pero, antes de eso, nunca se habían visto las caras todos a la vez. En realidad, habíamos decidido alquilar la casa con unos compañeros de la facultad con los que me había recibido ese mismo año y apenas lo hicimos se sumaron a nosotros un par de amigos de ellos. El contacto entre todos se dio en las primeras semanas de refacción de la vieja e inhabitable vivienda que luego bautizaríamos con el nombre de un pez que ahora se me ha ido de la memoria.
Aclaro ante todo que yo viví con ellos durante un corto lapso, después, por mi actividad profesional y por diferencia de inquietudes e intereses perdí contacto con la mayoría. Por supuesto nunca participé en las cuestiones que posteriormente conocí, solo compartí con ellos esa etapa de transición antes de casarme. La época en que había decidido terminar con mi irresponsabilidad para convertirme en definitiva en un hombre.
Aquella casa fue testigo imperturbable de las mayores alegrías y desgracias cotidianas, los errores y la convivencia. Fue como un ejercicio de entrenamiento para lo que después llegaría en nuestras vidas. Linealmente para la mayoría y no para mí, yo iba a trabajar todas las mañanas, la vida se tornó una eterna vacación, una interminable despedida de soltero y de juventud, que también se nos estaba yendo. En lo personal se me hacia dificultoso llevar adelante esa vida, porque me enganchaba en ella cuando llegaba del trabajo y después me tenía que levantar temprano, pero quien me quita lo bailado, además, como dice el dicho, calavera no chilla. A parte, en mi, aquello solo era una cuestión temporal.
Como iba diciendo, íbamos de fiesta en fiesta, como una canción que había escrito Senito "Todos los días eran viernes". En ese momento, dicha apreciación era convenientemente acertada, dado que si uno se lo propone es así. En esta ciudad siempre hay que hacer y donde ir a dispersar el tiempo, aunque se trate de un martes a las 4 AM.
En diciembre la casa estuvo digamos habitable, lo cual no quiere decir que no hayamos vivido en ella durante las obras, en condiciones entendibles por nuestra edad. Nuestra primera casa separados de las regulaciones familiares. Igualmente vivíamos mejor que en familia. La camaradería se vislumbraba como un detalle esencial. A eso de las19 hs, la mayoría ya habíamos terminado con nuestras obligaciones y nos encontrábamos a compartir nuestra nueva condición. Siempre por medio del trabajo de refacción y las frecuentes visitas que nos ayudaban. Creo que fumábamos demasiados porros y tomábamos excesivamente alcohol. Lo cual derivo en algunos problemas de interpretación por parte de los que después se definieron como dos grupos antagónicos o anta agónicos, como decidió describir belno a la situación. Él pensaba que agonizábamos nosotros, en ese momento, yo pensé que el que agonizaba era él y ahora comprendo que los que agonizábamos éramos todos. Él con su cinismo desafiante y separatista y nosotros, con nuestra decisión irrevocable de no volver atrás en el camino diseñado.
Si hablo de belno, lo recuerdo con cierto fastidio, por un lado era la persona más molesta e insufrible de toda la casa y por el otro, era el que mayores esfuerzos hacia por concebir una realidad que nos acercara y nos pusiera en comunión. Claro está, que esa comunión debía manifestarse dentro de sus parámetros y a través de sus propios valores. En fin, yo no tenia, ni tengo nada que ver con el personaje que él representaba en ese entonces y espero que hoy ya no represente. Sin embargo, supongo que si no se ha convertido en todo lo contrario a lo que pregonaba, debe haber agravado drásticamente su sentido antisocial o contra social. En verdad ni quiero detenerme a hablar de él por que eso no me corresponde.
Bueno, con la llegada del calor la casa se encontró en condiciones aceptables de habitabilidad, es por eso que de pronto descubrimos el último de los espacios: la terraza. Lugar por demás importante en el desarrollo de la vida social dentro de aquella morada. Asados, mates, festejos, sembradíos, etcétera. Por supuesto, a esa altura, la fisonomía de aquel espacio seguía siendo la misma que en momento de tomar posesión del inmueble. Planta olvidadas que habían crecido y marchitado en grandes macetones o latas ya agrietadas por el oxido de la dejadez.
Como ya dije, para entender esos momentos, vivíamos en una interminable fiesta, con el sopor y la embriaguez de la algarabía sin sentido ni objeto. La casa por momentos se llenaba de gentes, chicas, vagos, barriletes, amigos en común. Los que habitábamos la casa éramos demasiados así que entre los conocidos de cada uno y demás personas que nos hacia conocer nuestra propia lívida actitud, daban por resultante una progresión geométrica descomunal. Todo el tiempo se organizaban cenas reuniones o fiestas de las cuales siempre se ha hablado. Todavía hoy de vez en cuando me encuentro con alguien perfectamente desconocido que ha ido a ellas. Es obvio que ese era todo el interés conocer chicas y divertirnos, y para eso éramos excelentes anfitriones. Todo lo demás que ustedes puedan suponer, no tiene nada que ver con lo que sucedía en ese entonces. Si por cierto teníamos una organización pero no la que interpretaron los medios. Era algo ficticio un juego que surgió un día. Había un presidente, un tesorero y hasta un secretario de actas pero se trataba de los asuntos de la casa hacíamos una cena especial para nosotros Los martes y sacábamos los trapitos al sol, aclarábamos cuestiones de respeto y de convivencia, problemas de higiene y las cosas en común como el volumen de la música. Mas allá de aquello, todo lo que se pueda decir es lisa y llanamente mentira. Transitábamos un desparpajo que luego de un tiempo ya no nos llenaba, ni nos divertía, siempre despertábamos con resaca y ante la mirada de los demás no éramos un modelo a seguir. En verdad para mí era solo diversión pero para belno y sus secuaces era una decisión de rebelión. Rebelión ante todo y ante ellos mismos.
Ya sé que me desvié, voy a seguir con lo de la terraza que si me parece relevante. Aquella porción de la morada se descubrió ante nosotros inmaculada, amplia, sucia y resquebrajada. Automáticamente, alguien hecho mano a los sobrantes de pintura que habían quedado de la etapa de refacción. Entonces, indiscriminadamente y a discreción, comenzamos a teñir el gris del olvido con colores estrambóticos. En la parte más amplia contra la pared medianera de un alto edificio que lindaba con la casa y ese limite de la terraza, pintamos un arco de fútbol con arquero y todo, la concepción del dibujo era la de un niño de jardín de infantes, y no solo eso pintamos publicidades a los costados y por toda la terraza. Y ese sector se convirtió para siempre en lo que llamábamos el estadio.
Toda esa tarde discurrió inmersa en ese jolgorio de liberación que nos hacia resplandecer el alma. Pintamos todo lo que veíamos, después empezamos a subir las sillas los muebles hasta el TV. Horas y horas pintando, bebiendo y riendo. Una de las paredes fue lienzo para algo así como la primer obra pictórica común. Un amigo que trabajaba en una distribuidora de artículos de quiosco, le había regalado a víctor, otro de los habitantes, una caja llena de preservativos. Detalle importante puesto que Senito lleno uno con pintura y lo arrojo contra la pared que hasta entonces solo habíamos salpicado con los pinceles. No tardaron en imitarlo los demás. De vez en cuando también alguno sacudía algún resto de pintura de un balde. La pared ya se había configurado en un pastiche ininteligible y ya no tenia sentido tirar más pintura. Sin embargo, la adrenalina frenética no había bajado en nosotros, así que creo que Rizzi fue el que empezó a tirarle a la pared del estadio buscando un nuevo objetivo. Al rato ya todos estaban jugando a quien pintaba mas alto en la pared. Quien arrojaba la bomba mas arriba y por supuesto, no podía ser otro que belno, que cuando tira su globo con pintura este rebota, no estalla y cae sobre nosotros explotando en el piso para finalmente mancharnos. En ese instante se desato, entre gritos y carcajadas, y ya olvidándonos de llenar forros con pintura, una juerga de embadurnamiento en látex, tal que de la desubicación solo paso al desquicio. Yo pensaba que el sobrante de pintura era exiguo pero me había equivocado.
Cada vez que creía que se acababa, Senito sacaba más de algún lado, por supuesto, también nos tirábamos agua, tierra, hojas secas, todo.
Quien no vio nunca las guerras de tortas de los tres chiflados, yo me sentí en una de ellas. En la lejanía del tiempo, hoy sé que allí fuimos estúpidamente felices, pero felices al fin. Casi ni nos conocíamos y nos tirábamos pintura a mansalva. Era ridículo. Era fantástico. Yo sigo asociando aquello a lo que vino después, a la ridiculización. Al amor y al odio. Por supuesto nunca compartí la postura que ellos tomaron, y cuando digo ellos me refiero a belno, Senito y Rizzi.
Una vez venia yo con el auto por la bajada de la autopista 7 y una turba me agarró a los pinturazos por todos lados, en el intento por irme me lleve puesto a uno y todavía estoy con las acciones legales encima, imagínese que lo que han provocado estos idiotas, yo no puedo compartirlo. . ."
un testigo




13 - el filo filosofal


". . .Senito vivía agobiado. Estaba convencido que todos los caminos conducían a su aburrimiento. Cansado de ver todo como una interminable sucesión de sin sentidos, de descreimientos, sin embargo, creía en todo lo que le habían inculcado. Ayer, esa no era más que otra excusa que vaciaba agigantando su vació. Por supuesto, la vida misma no estuvo nunca en tela de juicio. La vida, estaba claro, tenía sentido por si misma, no como fin sino como realización, aunque eso no importaba. Lo que lo agobiaba era el objetivo del arte o de su propia capacidad, por no decir talento(término que tal vez desestimaría por la connotación superior que se podría llegar a aplicarle, genealógicamente).
Menos de dos líneas de perfil psicológico deberían sobrar para justificar su acción o inercia accional, su aprehensión, como para así justificar los dolores de cuello y tensión nerviosa de belno, quizás sería mejor contar algo así como: "Agazapado en las sombras de la oscuro incomprensión, un instante casi eterno lo sumió etéreo en el siguiente y al darse cuenta ya había dado el zarpazo fatal a su casual víctima. Y la verdad solo sería que había tirado pintura."
Mierda, la fiesta no continúa tres carajos. Confiar en el tedio de lo ambiguo de las palabras, parafraseando a belno, quien tiene la misma imagen acústica para cada objeto, las palabras son incapaces de decir algo o mejor las palabras solo dicen y decir no significa.
Cae en la memoria una suma de recuerdos idiotas, de operaciones inversas, de contradicciones directas y de fluir sensible. Basta de revelaciones, de rebelarse. Cae el caos en un " que me importa" posmodernista, un que me importa contra lo importante. Vidas de transeúntes que jamás tendrán ni influencia, ni importancia, ni el más mínimo desdén de nuestra parte. Cae el pesimismo, sin más valor que los mundos que no compartimos como quien disciplinado en una doctrina o escuela tal, se concibe en las respuestas que ella misma le provee.
Caen y no dejaran de caer miles de creencias inventadas por y para el hombre.
Cae así el mundo del hombre, ese universo donde solo importan las cuestiones de esas invenciones, donde todo tiene un valor en contraposición a otros valores, donde los juicios y ejercicios de opinión no tienen el más mínimo asidero.
Caen las barreras infranqueables, las realidades subjetivas y las ficciones contenidas dentro de ese cubículo de realidad.
Caen las creencias, los sujetos, las mediciones, las condiciones y todo esto cae porque las palabras solo dicen y no son capaces de contener. Porque todo esta construido abstractamente en las palabras, en nuestras mentes, esas masas amorfas que quieren articularse por medio de ellas, condicionando los mundos, convencionando una apariencia, formando un todo único que solo puede transformar en cliché las emociones y las causas como si pudiera hacerse un inventario de síntomas patológicos.
Cae la química destrozada y descuartizada en patrones de conducta. Y todo ¿para qué? Para poder disfrutar, para desear divertirse, para cumplir el deseo de creer en lo que estoy motivado a creer, hasta llegar al punto de afirmar que esto que digo no puede representar ni lo que estoy queriendo decir, ni puede ir contra la injusticia de ser aceptado o rechazado; Porque ni siquiera tendría que ser tomado en cuenta o, si así es hecho, no más que como un mero acumulamiento de palabras que pueden tener solamente un sentido sintáctico y hasta quizás ni lo tengan.
Rizzi

Recuerdo que belno grafiteaba donde podía hay que agitar, no hay que buscar ser imitaciones de imitadores o el clásico estoy en contra. Siempre estampaba grandes manchones de pintura en las paredes a modo de firma. Se entusiasmaba con los provos holandeses o con el mayo francés, pero solo era otro punki drogadicto y adolescente buscando direccionar su frustración. No busco defenestrarlo con esto que digo porque creo fervientemente que aunque, sin saberlo, su pulsión innata, lo llevó a sumarle infinidad de acciones indirectas positivas a su acción directa negativa. Valga la aclaración.
La eterna repetición de los consabidos slogans los vacían de sentido y los hacen inocuos e inertes; y por más que él haya sido un repetidor de slogans, en su momento, inmeditados, esos mismos fueron disparadores de circunstancias como las que lo llevaron a abrir un cajero automático (porque en esta parte del globo los cajeros automáticos están colocados dentro de cabinas de vidrio) forrarlo con papel de diario y pintarle la leyenda refugio para frío y llevar a dormir a el, a un indigente. Después con un esténcil y aerosol sellaba con dicha leyenda cuanto cajero indefenso se le cruzara, pero ya sin tomarse el trabajo de llevar personas a pernoctar en su interior.
Cada uno es como es, pero de allí a convertirlo en enemigo publico, por más que fuera mas bien un enemigo social, la brecha se hace demasiado notoria. Como cualquiera de nosotros, el tipo era incapaz de comprarse algo sin pensar o recordar a los que no podían comprar nada, no podía sentarse a una mesa a disfrutar de la comida y el vino, sino hacia alusión alguna sobre los que no tenían nada para comer. Se castigaba siempre, se conflictuaba siempre. Yo sé que en eso había amor por el prójimo y no masoquismo psicológico como algunos creían. Aunque también asumía su responsabilidad en cada droga sin sentido que se metía, o cada una de las perversiones que no podía dejar con la frase auto lapidaria: “la venganza del inca yo me la merezco"
Hay gente que busca llamar la atención constantemente, hay otra que busca lo contrario. belno no era ni lo uno ni lo otro, solo era inevitable que llamara la atención sin buscarlo, era imposible para él pasar desapercibido, ya sea por su aspecto, por sus comentarios o por su propia energía presencial. De igual forma la exposición enfermiza que comenzó a sufrir su apodo, el cual fue suprimido de nuestro léxico al instante de haberse hecho público, lo retrotrajo de manera devastadora. Todos temimos por él, todos supusimos que la megalomanía estaría a la orden del día, por suerte, nos equivocamos.
Pónganse en nuestro lugar; de la nada y sin aviso, alguien inventa el descubrimiento de un movimiento tiratinta, que evidentemente se refería a nosotros, que, hasta ese momento, éramos los únicos que andábamos por la vida tirando pintura. Al mismo tiempo, se asocia la palabra o el nombre Belno a dicha organización. ¿Qué podíamos hacer? Después construyen a partir de ese apodo la figura de un Charles Manson o un Che Guevara o que sé yo. El grado de imbecilidad nos superaba, solo se trataba de un grupo de chicos haciendo un par de travesuras, era inentendible pero fue así. Bueno, ya todo el mundo sabe lo que paso, aparecieron declaraciones, fotos confusas, recreaciones, perfiles sicológicos de los seudo terroristas, indudablemente la gente no entiende nada. ¿De que manera tendríamos que haber reaccionado nosotros ante semejante andanada de idiotez? No lo supe en ese momento, menos ahora.
Aquello era inconcebible, pero belno en realidad existía, en verdad jugaba el rol de agitador tiratinta, y esto sumado a esas coincidencias por parte de la especulación del delirio exagerado descomunalmente, hizo de su auto reclusión algo inevitable. ¿Quién podía sacarnos del estupor cuando la diversión se transformo en espanto? Sigo sin comprender como fue todo, ¿cómo fue que bajo el nombre de belno, ese a quien se acuso y juzgo como criminal, nadie pudo reconocer a un adolescente? Por supuesto se le adjudico la responsabilidad de las mil y una estupideces que se sucedieron y que, a la vez, pasaron el limite de lo que se conoce como cordura. Las muertes, los ataques indiscriminados, el miedo. ¿Cómo podía un chico soportarlo?
Ahora que pasaron tantos años, la cuestión se me antoja mas que atroz. En ese entonces, aquello disolvió nuestra amistad y nuestros proyectos pero no nuestras vidas. Lo que le paso a él reconozco que le dio más fuerzas, más razones, y al fin y al cabo encontró el sentido de lo que estaba buscando. Yo que lo veía tan estúpidamente perdonable como a todos los demás, cuando recuerdo aquella figura desgarbada y desprolija que apuraba el paso a mi lado bombardeando mi cerebro con ideas y pies para las mías, los juegos de palabras, lo veo como algo tan puro y sano que me enorgullezco y agradezco a nuestra suerte por no haber tenido que lamentar que algo malo le haya sucedido.
Imagínense la diferencia en la reconstrucción simulada de un "ataque" nuestro en un programa de televisión, en el cual describían un modus operandi de atraco bancario en comparación con tener una lapicera rota en la mano y arrojarla sin premeditarlo. O como cuando fuimos a la radio y al abrir una puerta rociamos todo con un aerosol de pintura sin saber si del otro lado era el estudio el control o el baño.
de lejos nada es confuso, todo son cuestiones practicas, alguien seguirá con lo que nosotros continuamos a nuestra manera, de otra forma. ustedes saquen sus propias conclusiones. . ."
Agogó

Ante la pregunta ¿que era ser tiratinta? Rizzi no contesto al entrevistador pero le propuso enviarle una respuesta escrita antes de que terminara la compilación de datos para esta trabajo. La respuesta llegó a tiempo.

". . .parafraseando a Sebastián Calender, diría que el sentido de la existencia del hombre radica en destruir el mundo. Al ser desbastado este planeta la variación producida en el universo conformara el aporte de la humanidad al caos evolutivo y performará el curso que tomaran los acontecimientos de la bóveda celeste. Mensaje que será llevado a los más distantes confines del cosmos, transmutando, tal vez, en un hidrato de carbono que llevara el código genético de la vida.
Si alguien llegara a preguntar ¿para qué? Veremos que básicamente, la verdad, o sea, todas las contradicciones humanas, obsesiones y necedades que contienen a todas las complicaciones de las relaciones del hombre fueron parte integral y responsables de este devenir.
¿Por qué de algo tan complicado podemos concluir en una resolución tan simple? ¿Por qué de todas las opciones que podemos seguir inventando elevamos esta con la categoría de definitiva? ¿Por qué debemos contar con palabras especificas, y no mostrar un ejemplo de ambigüedad que, de por sí solo, manifieste lo que intentamos exponer?

Senito dice "si lo pensaste, ya lo hiciste", según su propia metafísica, imaginar algo es de alguna manera ya haberlo hecho. Las probabilidades que puede prever y las que no, ya están siendo paralelamente llevadas a cabo. Seguro esto parecería, o una gran mentira o un signo de desmedida arrogancia. “No voy a tomar el lugar de víctima porque no me siento así" decía belno, y agregaba "solo tomo el lugar de privilegio del observador”. Pero ¿qué tipo de visión puede tener quien protagoniza una situación?. En un momento lo habíamos tildado de histérico. No era portador de una destacable personalidad, de vez en cuando podía decir alguna palabra de diccionario que había retenido por algún inexplicable capricho del azar. Era agresivo en su trato hacia las personas. No lo consideraría indeseable, solo un tanto difícil de llevar. El genero que representaba era el del poco estimable humano de sexo masculino. Su resolución sin haberse convertido en la contraria, léase un cambio de equipo, y sin atacar o acatar la intolerancia como medio termino por hacerme dar cuenta de que estoy realmente cansado de los seres humanos. Por mas que esto lleve a las mas erradas significaciones no estoy hablando solo de sus aspectos positivos por el contrario eso se mantiene y es precisamente volver a caer en error. Es lo que no me permite llegar a un convencimiento definitivo en ese sentido sino su lado de programación estructural, valores que han llegado a formarlo en el cliché de la estupidez de los cuales ninguno de nosotros está exento. Hablar de algo tan personal en verdad me tiene sin cuidado. En ese tiempo había sido blanco de un sin fin de acusaciones y agresiones. El acoso al que fue sometido sistemáticamente no fue creador de culpas en su conciencia, la tranquilidad con la que estoy llegando al simple relato de los acontecimientos me hace descartar una cuestión meollar y atribuir estos hechos a una consecuencia de casualidades sin buscar, a partir de esta conclusión, razón alguna.
personalmente este momento en que en mi análisis he descartado la posibilidad de racionabilidad. Claramente puedo reconocer un sentimiento de desilusión tal que esta cuestión esta menoscabando mi vida de relación. El desencanto parte de una seguridad que se ha tornado premisa fundamental: lo único que no podemos evitar es nuestra propia estupidez. Estupidez que alguna vez puede ser causa patológica, mental, ligereza de acción y otras veces producto del desatino, olvido u omisión de un simple detalle. Error humano de la concentración o del intento consciente del control. El plano inconsciente puede encargarse de elaborar todos las funciones químicos y funciones mecánicas vitales, el conciente encargado de las relaciones a veces, omite.
Podríamos hablar horas de relaciones humanas, llenar miles de paginas y sumarlas a las ya escritas. Yo no creo en nada de eso para tratar de interpretar este particular, de lo que era ser un tiratinta. Nosotros ni siquiera sabíamos que lo éramos y cuando al fin lo supimos ya éramos blancos perfectos de nuestra propia idea y acción. Entonces en conclusión no hay análisis que valga, solo otro cuento para contar. Ahora bien, ¿qué interpreto yo lo que es ser un tiratinta desde donde yo idealizo mis recuerdos? Tiratinta conlleva en si todo lo que tiene que ver con una revancha en la derrota asumida. No venganza, revancha. Atentar contra nuestro conformismo pueril de perdedor, "al menos lo intentamos", y contra el vació inútil de ganador "lo logramos... ¿Era Esto?", La idiotez dual de ser ganador y perdedor dentro de los parámetros de éxito sociales. La esencia es la esperanza de revancha adelantada. Ser el desencajo cotidiano, la descarga dentro de tanta estructura, la ruptura de las condiciones impuestas y a la vez la intención de desarticular nuestra propia auto imposición y prejuicio.
En suma supongo que lo que yo interpreto es solo el desarrollo de los individuos como tales y como parte vital de una especie y no de una sociedad perversa.
aunque veo en mi un ejemplo claro en no querer llegar a viejo y decir “yo tenía razón” porque entonces también tendrían razón mis temores y mis miserias. . ."
Rizzi

". . .La policía no corrió a los tiratintas que bombardearon con globos llenos de pintura el Alvear Palace Hotel. Nosotros no fuimos, fueron unos de una agrupación política. Igualmente se dijo que habíamos sido nosotros. La policía fue muy castigada por el hecho ya que las cámaras de TV tomaron perfectamente la imagen de dos policías que, al ver lo que sucedía, se dieron vuelta y caminaron para otro lado. Hoy, estos dos hombres deben seguir presos; bueno, seguro que presos no, pero en ese momento deben haber tenido algún quilombo. . ."
Leser

". . .Con el tiempo uno se va amoldando, no sé si es una cuestión hormonal o simplemente, ablandamiento por cansancio. Bueno digamos que uno crece pero yo creo que en eso no hay un cambio ni una evolución sino una potenciación. Uno pule sus ideas y argumentos, los reniega los destruye, los rearma. En mi caso, he llegado a la posición de no dejarme atrapar solo por la negatividad de las cosas, porque eso me impedía disfrutar de todo lo positivo que hay en mi entorno.
yo en verdad quiero un mundo mejor para todos, apoyo las acciones y las luchas que considero justas lamento que solo podamos apoyarlas y no generarlas. No es otra postura conformista, por ahora dilapido la mayoría de mi tiempo consiguiendo dinero para abastecer la verdad más importante de mi vida, mis hijos. y aunque eso no me justifica tampoco lo hace el hecho de saber que en algún momento y aspecto yo ya hice mi parte. . ."
Rizzi


14 - LA INERCIA INERTE

el pobrecito hablador

Articulo de época en el cual un periodista asegura haber tenido contacto con los tiratintas. Si la palabra TIRaTINTA se filtra de la jerga popular o es inventada por los medios, no es claro. La veracidad de dicho encuentro es negada por los entrevistados para este trabajo. Pero a partir de esta nota la existencia de un trasfondo por ciertas acciones aisladas toma estado publico. Según la mayoría de los involucrados para lo único que sirvió esta crónica fue para transformar su diversión en un instrumento político, en otro producto inútil y consumible. Aunque algunos rescatan tuvo un lado positivo y ese fue que, al ponerse de moda el método, era muy divertido ver como todo el mundo se andaba sacudiendo pintura por cualquier excusa. Cuenta Rizzi que en una ocasión con motivo de un choque, uno de los tipos, al bajar del auto, en la pintoresca escena del momento de tomarse a golpes de puño, en vez de hacer eso, le tiro al otro conductor con una botella plástica abierta con un liquido viscoso que al dar en el blanco embadurnó casi por completo a su objetivo; y eso, según su opinión, fue como una transformación de la violencia en algo mas interesante, mas artístico. Para el arrojador el otro tenia la culpa y por su torpeza, su bronca debía merecer la ridiculización. Un análisis algo ligero, pero irreprochable porque eso se repetía en todos los ámbitos a la hora de revolear algo inconscientemente la gente prefería algo que manchara.
Después de la publicación de la falsa entrevista los TiraTinTa, esos insurgentes inexistentes adivinados por aquel cronista, no tardaron en llevar a cabo la represalia. El frente del diario fue bombardeado y la foto del periodista atónito y salpicado en mil colores recorrió todos y cada uno de los medios de información. Después de eso tendrían que haber que haber hecho lo mismo con todos los demás. El delirio informativo fue imparable.

Trascripción de la nota

Agotados todos los recursos, ya sean políticos, estilísticos o estéticos, los mismos solo se repiten y quien desee huir de esa situación, necesita expresarse de otra manera a la habitual. Tal vez se trate de un ataque o mejor, de un caos organizado. Quizá no sea necesario estar pegado a un aparato para recibir algo del mensaje y lo más seguro es que el mensaje sea solo un reflejo. Los tiratintas solo intentan ser un medio por el cual ese mensaje pueda reproducirse y agigantarse.
Parte del acervo cultural abriga una fiebre tan intensa que lo consume, y lleva al hombre a dar forma a lo etéreo y espiritual, a lo que esta contenido, a lo que esta oculto y debe salir, a lo que exige ser manifestado porque ahoga y mata si se mantiene en silencio. Parte de esta angustia existencial es sinónimo de esta época en la que impera lo informático, lo frío, lo subjetivo; De este siglo que no ha amado a sus juventudes y se empeña en seguir catalogando, imponiendo parámetros para lo bueno y lo malo. Las medias tintas, lo lindo y lo feo. La verdad y la mentira. Criticar es tan fácil como no hacer o no dejar hacer.
Los tiratintas son en esencia intangibles, abstractos, lívidos e impersonales. Podemos inventarlos, pueden o no estar allí. No son parte de una filosofía, ni una ficción, porque hasta la realidad misma talvez sea una ficción. Lo que sale en los diarios que no nos afecta, lo que los demás dicen que no nos afecta, eso es ficción, todo aquello que presenciamos como impávidos espectadores. Sin embargo, a la vez, lo que esta dentro nuestro, aquello que vive en nuestra mente, la imaginación, es nuestra más ferviente realidad, tan real como una mancha de tinta en el bolsillo de la camisa o un sueño, una ilusión intacta que nada ni nadie puede cambiar o arrebatar.
La información es clara, hay un grupo de personas, que están dispuestos a resentir nuestra cotidianeidad con acciones que dificultan nuestra interpretación del entorno. Esa intención de despabilar, de provocarnos, en muchos casos, se asemeja al vandalismo urbano. El romper un teléfono es un acto de vandalismo pero, encasillarlo allí y obviar las cuestiones que llevan a alguien a aquello es una irresponsabilidad por parte de los que deberían solucionar dicho problema. Pero la cuestión es más difícil cuando el ataque es indiscriminado, cuando no solo se rompe un teléfono sino toda un central telefónica, solo con la excusa infantil de que la gente se mire a la cara cuando se habla. Es más que evidente que en esa acción tiene que haber o algo de insanía mental o algo de broma, y si es solo eso, una broma, la insalubridad mental de quienes lo llevaron a cabo estaría más que confirmada. Así y todo no se puede dejar de reconocer el trasfondo. Es obligación de las autoridades saber porque estamos sufriendo este tipo de ataques. Según los propios involucrados los ataques de pintura tienen que ver con las cosas que creemos conocer. Para ellos todos formamos un ejercito de transeúntes en transe (sic) que asistimos a todo como si nada existiera mas allá de nosotros mismos. El empleado del mes, el dentista o el poeta, el cartel publicitario que anuncia el nombre y la numeración de una determinada calle, la idea de que algo se esta tramando en alguna parte, latente, sospechoso o no, crucial, firme o sin sentido, sin principio ni fin, sin topes, sin fondo, sin limites, incomprensible. La abrumadora interpretación de que tanto sentido lleva inerte la inercia de la incomprensión.
Las manchas que aparecen en las ropas de la gente, las victimas victimarios, los procedimientos extremistas que no asustan del todo pero provocan la misma sensación de indefensión, tienen que ver con un desquicio infantil que esta pasando el limite de la travesura bordeando en algunos casos el delito. Atentar contra las libertades individuales es un delito. De alguna manera, los tiratintas aseguran que su reacción es en respuesta al ataque de sus propias libertades individuales y que como ese ataque se lo deben a adjudicar al sistema social en general, ya que no hay un responsable único o identificable, su respuesta también se torna impersonal.
Por supuesto, tratar de justificar la labor de quienes se ocultan en el anonimato de la clandestinidad no es la intención de estas líneas. Al esconderse, estos personeros de la barbarie solo dejan en claro lo impresentable de su postura. Ya que no contentos con su resentimiento echan mano de los estamentos mas marginados y desposeídos para formar otro frente justificado de la descarga.
Resentir lo cotidiano a través de su propio mecanismo resentido se ha transformado hoy en el aviso que esta dando este grupo reaccionario. Nos toca a nosotros darnos cuenta que estamos asistiendo al nacimiento de otro grupo agitador que atenta contra todo, no reconoce un objetivo claro para sus acciones y que el peligro que conlleva, en si misma, esta condición, es el derivado de la falta de códigos, ejemplos y estímulos en el que ha caído nuestra sociedad.
Estos nuevos hackers urbanos están al acecho, y ocultos bajo la excusa de despertar un planteo de reflexión no desperdiciaran ocasión que se les presente, para subvertir los valores culturales y morales, con el fin claro de oradar y erosionar la convivencia pacifica que hemos logrado a lo largo de la historia.
Lectores, estén alertas, deténganse en las calles, reparen en las pintadas, ya se ven muchas, no solo en las arterias laterales sino también en las avenidas. El cuadro se repite y de a poco se va reproduciendo: Un manchon de pintura amorfo generalmente acompañado de la frase "Estoy en contra". No habría que ser muy perspicaz para relacionar esto con los atentados absurdos que estamos sufriendo. Preguntarse en contra de que cuestiones puede estar alguien que al parecer no esta a favor de nada no parece descabellado. Indagar en las paredes los mensajes, ver o buscar en la firma de la palabra belno un responsable o un mensaje oculto, tampoco. Hay que estar atentos, hay situaciones que no podemos darnos el lujo de pasar por alto. Usted se preguntara: ¿son los tiratintas una amenaza real? Alguien debería accionar antes de que lo sean.
A. J. L. Revista Primicias abril 27 1993


En verdad, muy pocos llegaron a percibir de que hablaban inconscientemente los tiratintas. Imaginarse el tipo de titulares, investigaciones periodísticas y demás, que se sucedieron después de este artículo, no seria muy difícil. ¿Que es belno? Una nota periodística concluía en que se trataba de una practica filosófica Asiría o Caldea relacionando a esta con un grupo de guerrilla urbana.
¿Quién es belno? Fue la pregunta que llevo a la caída en desgracia de belno, quien al firmar inocentemente algunas pintadas y ridiculizaciones inmobiliarias, hizo conocido su apodo o alias, en el caso criminal, mas no su cara ni su filiación. Aunque ese solo hecho sirvió para la construcción del teórico líder, amenaza publica, ideal rebelde juvenil y producto de consumo masivo sobre el cual se tejieron las mil y una fantasías.
Leser




15 - Apoteosis de la sinopsis

En una conferencia de prensa por unas nuevas medidas económicas, un periodiasta (apocope de pederasta y periodista) formuló una pregunta aislada sobre la realidad del grupo tiratinta en el contexto del presente político nacional. Para tener una somera idea de como las autoridades comenzaron tratando el tema en los momentos previos a la debacle violenta de su accionar, desgrabamos la respuesta.

". . . Bueno señores, la cuestión es más que simple, no vamos a dejarnos amedrentar ni sustraer nuestra responsabilidad por un grupo de liberales desordenados. Este tipo de elementos no merece ni la menor mención. Si alguno piensa que aquí, en este entredicho, hay algún tipo de anécdota que rescatar, se equivoca de plano.
Lisa y llanamente las actividades que figuradamente se han desarrollado, distan de afectar el orden establecido. Lo que sucede es que, de alguna forma, han logrado sacar partido por cuestiones que tienen que ver con generación espontánea, un método de expresión que solo y sin su intervención, ha crecido hasta convertirse en algo así como un carnaval pasajero. No por eso, vamos a interpretar dicha situación como una vicisitud de dimensiones catastróficas.
Ya sabemos que los medios de comunicación en su afán de vender y llenar espacios agrandan, crean, buscan y hasta presumen puntos oscuros, transformando una mención en algo tan ficticio como novelesco. Es por esa razón, que atribuyen una y otra vez hechos que delinean pautas ya establecidas.
Nosotros representamos al estado, somos el estado, y cada medida que tomemos siempre será coercitiva o restrictiva, según el caso, para una parte de la población. A la vez que, si no tomamos medida alguna, también se nos acusaría de ineficiencia. Nunca dejaremos de cumplir el papel que se nos reclama e impone patriótica y socialmente. A sí mismo, como los propios damnificados que nos exigen respuesta se convierten en quienes nos acusan. Pero hay que tomar todo con la debida prudencia y por más que tomemos todo con pinzas hay que sostenerlas firmemente hasta las ultimas consecuencias.
Lamentablemente, este tipo de actitudes, como la de darle lugar e importancia a este tipo de gentes y hechos por demás insconstructivos son las que nos hacen asistir, hoy por hoy, a la incorporación y/o construcción y/o consolidación de otro mito urbano que asume valor de verdad cuando esta a la vista que lo único veraz que enfrentamos en esto, es la premisa de resistencia y fortalecimiento antisocial como justificación de un ataque injustificado, y no de una respuesta o reacción a partir de un agravio precedente.
Por supuesto, estamos capacitados para contener la mentira, sin embargo, sabemos que enfrentamos el deseo ferviente de las clases más castigadas que siempre han sido propensas a admirar, proteger, encubrir y enaltecer a supuestos justicieros. Nuestro folclore esta lleno de ellos. Seguramente los juzgará la historia.
Bueno aquí doy por terminado lo que tenia para decir, no pienso contestar pregunta alguna, no tengo nada que aportar tampoco tengo anécdotas ni nada que pueda ilustrar de alguna forma algo que ni siquiera existió. Buenas noches.

Desgrabación de entrevista de compilador 3 con quien fuera ministro de seguridad durante el jubileo tiratinta.


". . .Imagínese si usted es de otro país ¿cómo se lo explico? Esto puede pasar acá, nada más. A mí me paso que estando en la sala de espera del reumatólogo, irrumpió, como si fuera un asalto un grupo de jóvenes, evidentemente fuera de sí, arrojando vandálicamente bombitas llenas de pintura sobre los que allí estábamos, en un segundo enchastraron paredes, historias clínicas, en fin, todo lo que había. Figúrese el clima de calma que impera siempre en las salas de espera a media tarde. Bueno usted recuerda que esto pasaba todo el tiempo en todas partes. A una amiga mía le paso en el cine la misma cosa. A su marido que trabaja en la oficina de rentas, lo mismo. Después que se paso la moda y con la mano firme de la policía se calmo todo. . ."
una damnificada.


". . .Nos habíamos propuesto intentar no comprar cosas en supermercados o en comercios pertenecientes a grandes cadenas, solo en almacenes o negocios de barrio, por mas que lo que comprábamos a diario, cigarrillos, cerveza o comida nos salieran un poco más caros. Claro que nos fue imposible sustraernos a la variedad, inmediatez y mejor precio que estas grandes corporaciones ofrecían. Sentíamos que debíamos defender las cuestiones más directas por mas que el almacenero de la vuelta sea un hijo de puta. . ."
Leser

". . .Entrar a un supermercado sin que nos robemos algo era muy difícil. Si no lo hacíamos, directamente, rompíamos, disimuladamente ,algunos paquetes de algún que otro producto. Eso ya era inconsciente, no por el acto de inconciencia sino porque lo hacíamos sin pensar, de la forma más natural posible.
Ante tanta inconsciencia que pareciera inconcistente, esa era la única conciencia anticapitalista que manejábamos concientemente. Pretendíamos que si alguien nos estaba vendiendo un producto transgenico o cancerigeno, innoble o fruto de la explotación, por lo menos, tuviera el valor de mirarnos a la cara. . ."
Rizzi

“. . .Los gobiernos son como los supermercados. Te hacen creer que “estamos trabajando para usted” es un intento de simplificarte las cosas cuando en verdad es un intento de venderte más cosas más rápido”
Tuc tuc


16 - Otra rebelión sin causa NI efecto

" . . .Y entonces llego el momento en que la ciudad se encontraba toda bombardeada de pintura. La andanada multicolor, de cualquier forma, no conformaba el cuadro del ideal publicitario de pinturería. En esas manchas, ya había demasiadas cargas de ahogo y frustración como para confundirlas con algún tipo de renovación cromática. Había quienes elegían arrojar solo pintura negra. Los blancos ya estaban todos confundidos. Todo era un potencial objetivo, personas, objetos, casas de familia o lo que sea. Llega un momento que uno se da cuenta que esta prohibido todo; pararse acá, pintar allá, tomar este remedio, entrar a este lugar, comprar esta cosa. Lo único que no esta prohibido es ser esclavo obedecer. El único lugar real es la calle, la gran vidriera, el campo de batalla de todas las luchas, la trampera constante. . ."
Rizzi

". . .La nefasta persecución llevada adelante por las autoridades fue devastadora a la vez de contraproducente. Así como así, comenzaron a sucederse infinidad de acciones tiratintas, nacieron espontáneamente gran cantidad de grupos que se identificaron como facciones. Prácticamente en cada barrio había una murga para el nuevo carnaval. La critica, la condena, la falta de apoyo de los grupos teóricamente radicales (foros de discusión inactivos) la construcción falaz de un producto, de una nueva estética, solo sirvió de relleno a todo lo odiado, solo sirvió al bastardeo de una acción legitima. Estos mecanismos de absorción totalmente aceitados funcionan a la perfección a la hora de destruir las esperanzas de los ideales. Fagocitan de manera consciente, convierten en moda y dinero, en tabú, en culto para unos pocos, lo que en verdad es obvio para la mayoría.
Gracias al amarillismo y sensacionalismo con los cuales abordaron el tema los medios de información y el impensado golpe de efecto a través de las acciones contra ellos, por parte de los tiratintas, y gracias al desmesurado imaginario de la opinión pública en general, sumado a las suposiciones intelectuales sobre los aspectos ideológicos de la ridiculización, se propulsó un movimiento, hasta ese momento, inexistente. La modalidad de arrojar pintura se anexó a otras como la de arrojar huevos o mierda en cualquier acto de protesta. Hasta unas hinchadas de fútbol usando los colores de su equipo usaron el concepto arremetiendo por sorpresa a la policía antimotines en un enfrentamiento de inimaginables proporciones. Miles de adolescentes inconformes pintaron con aerosol las ropas de los placard de sus padres y las suyas propias. La situación se descontroló demasiado rápido como para prevenirla. La calle se torno inmanejable. Los rumores de supuestas implicancias y ataques eran moneda corriente, a la gente se la convenció de que había personas que habían muerto del susto al sufrir ataques. Se empezó a vivir la total paranoia. La agresión gratuita y sin sentido se hizo común. Como era de esperar, aquello ya no tenia nada que ver con nada, ya no era la descarga de unos chicos traviesos sino el sadismo malicioso de otra excusa inútil para el desmán inconsciente e incontenible.
Tan atropelladamente pasó de ser una moda de galerías juveniles a la categoría de crimen, como la llegada del primer joven muerto en la confusión de un operativo policial fallido, cuya única justificación fue constatar restos de pintura en la comisura de las uñas de los dedos de la mano derecha de la víctima.
Porque las prohibiciones ya habían llegado antes. Era el tiempo que ser poseedor de pintura, tinta o decolorante era peor que llevar un arma o un kilo de cocaína.
por supuesto, los más perjudicados por la represión gubernamental fueron los jóvenes. La persecución a los estudiantes de arte y los pintores se hizo visible.
Se hacían representaciones cómicas y dramáticas de hechos tiratinta. El fenómeno se estableció como hito cultural. Abundaban las remeras pintarrajeadas con la frase estoy en contra o con la palabra belno (sin que nadie estuviera seguro de lo que eso quería decir, aunque algunos aseguran que se trataba de un grito de guerra como Banzai). Se vendía cualquier tipo de prenda de vestir juvenil con la estética de las manchas de pintura.
pinturas, tintas, lavandinas, cloros, líquidos para frenos, ácidos, fluidos industriales y ese tipo de productos solo se expendían a personas mayores de edad que debían registrarse y firmar una declaración jurada sobre el uso que se le daría a dichos elementos. Se impulsó un proyecto para racionalizar la venta de todos los subproductos que usaran tintas, imagínense la prohibición de las lapiceras o la cinta de las maquinas de escribir pero el fin de la locura llegó antes de aplicarse dicha disposición. Por supuesto, los niños no podían comprar cartuchos para sus lapiceras.
Vinieron más muertes, más excusas, más discusiones, más de lo de siempre. Se instauró una figura penal para los casos de los procesados en los hechos de la guerra de pintura ya que todos los delitos imputables eran excarcelables, nadie podía ir preso por daños a la propiedad privada, si no se creaban las condiciones necesarias y esas condiciones se llamaron: Atentados psicofísicos con implicaciones morbosas y alevosía, delito que daba de 2 a 5 años a quien fuera encontrado culpable, hasta ese momento, solo se trataban de causas civiles bajo el rótulo de "daño Moral". Dado que los implicados en este tipo de cuestiones y luchas sociales no son los potenciales delincuentes que se pretenden mostrar, el solo hecho de la creación de esta figura frenó de cuajo las operaciones en cuestión. Un resquicio que el sistema había subsanado, una pequeña filtración que se había sellado no fue suficiente; se sabe que hecha la ley agudiza la inteligencia. Si el resquicio de la pintura se cerro ya iría a nacer otra cosa. Que también empacharían y entonces habría otra.
Con los años, con la llegada de las facilidades comunicativas dentro del globo terrestre, las condiciones para la institucionalización de la resistencia civil dentro del marco legal se consolidaron, y llegado a este presente, la figura de quienes a lo largo de la historia han sido activistas se ha posivitizado, revalidado y hasta encumbrado en algunos aspectos. . ."
Leser

". . .llegó un momento en que nadie sabía de donde le podía caer un bombazo. Y si alguien resultaba salpicado por alguno, ni se mosqueaba, era una cuestión ya asimilada por la gente. . ."
Tuctuc

". . .tengo amigos que han pasado su adolescencia y juventud en sus casas mirando TV, han nacido sin la necesidad de construirse un mundo para ellos. otros en cambio han estado hiperactivos, con los últimos siempre he tenido mas afinidad. . ."
belno


“. . .Usted quiere los pormenores morbosos del asunto. Usted quiere que yo le cuente como mataron a tal o como torturaron a cual. ¿A quien le puede importar ser parte de todo aquello? Yo no quiero ni recordarlo siquiera. Para algunos pueden ser detalles anecdóticos, para mi es algo más terrible aún que cualquiera de las estupideces que tuvimos que soportar; pero no me siento responsable. Solo sé que les dimos otro motivo como para hacer lo mismo que hacen siempre. Transformar todo en negocio, transformar todo en un producto de consumo, venderlo, empaquetarlo y después, por supuesto, castigarlo, agotarlo, destruirlo, exprimirlo, matarlo. Porque para ellos la gente es solo eso, otra mercancía a la cual dirigir y manipular como cualquier cosa. Y lo peor no es que solo lo logran sino que es legítimamente correcto hacerlo. Es moralmente normal.
Le Habíamos tirado pintura a tantos comerciantes, a tantos comerciados, solo para lograr que los mercaderes tuvieran un nuevo producto que ofrecer y los consumidores un nuevo objeto para adquirir. . .”
Belno

". . .es evidente que, en el escalón precámbrico de evolución humana, social mental y física en el que nos encontramos, seria estúpido plantearse un cambio importante en las relaciones. Sin embargo, algunos inconformistas siguen tratando de evadir la verdad del sentido de reproducción que conlleva la especie. Asumen la realidad de esa situación pero querrían otra. La única arma que tienen es la pintura, manchar. . ."
Rizzi
“. . .le juro que fue así. Veníamos caminando tranquilos entonces nos paran y nos piden los documentos. Se los damos y llaman por la radio y todo el circo que hacen siempre. Eran tres los policías. Uno se dio cuenta que pablo tenia los puños cerrados . ¿le vas a pegar a alguien? Le preguntó. No , ¿Por qué? Le dijo él. Entonces ¿Por qué tenés los puños cerrados? ¿esconde algo que lo comprometa, señor? Interrumpió preguntando el cana que estaba con nuestros documentos en la mano. Nada, no tengo nada, dijo pablo un poco nervioso y abrió las manos dejando ver que las tenia manchadas con pintura. El cana se puso mas denso y pablo se asusto. El no quería abrir las manos porque sabia que iba a haber quilombo. Uno de los policías se puso detrás de el sin que nos diéramos cuenta y le pego en la espalda con la culata de la itaca. Pablo cayó de boca porque no atino a abrir los puños que había vuelto a cerrar inconscientemente. Lo levantaron de los pelos a los gritos como en las películas. Le salía sangre de la boca y de la nariz. Se pusieron locos como perros rabiosos. Pablo ya estaba medio grogui cuando lo subieron al patrullero. A nosotros nos dejaron ir. Después dijeron que nos habíamos escapado. Al final, todos saben lo que paso, llego en coma al hospital y al rato murió. Lo mataron. Lo más irónico es que las manchas de pintura eran porque había estado pintando una reja en la casa de la abuela. . .?
un testigo

“. . .Ahora que me digan que fue todo una estupidez. Que si vas a hacer algo tenés que tomar las armas. A mi no me cabe duda que tomamos las armas y salimos a defender
lo nuestro. Pasa que las armas se hicieron para matar; uno puede decir que para defenderse, pero ¡ hay que matar o lastimar para defenderse? Yo no me aguanto ni esto ni aquello. Yo disparo todo el tiempo. Matar algo es no dejarlo llevar su curso natural, ahora si su curso natural no deja continuar el mío, lo que queda se trata solo de supervivencia. Y la supervivencia es solo intolerancia irracional. . .”
belno




Muy pero mucho antes de que la situación se haya descontrolado, mejor dicho después de la primigenia acción tiratinta exclusiva para los medios, que en algunos casos se había interpretado como intimidaciones de coerción político social. los tiratintas se disolvieron de manera tacita, solo belno con Agogó llegaron a pegar (según ellos en unos mil productos de un supermercado) una etiqueta que decía
¿Cuales son los colorantes permitidos? En una doble alusión al problema tiratinta y al hecho de no saber realmente que se le pone a mayoría de los alimentos que se consumen. Esta fue la ultima acción que ellos mismos se adjudicaron en este trabajo de investigación.
El proceso desaforado los llevo a la intemperancia interna producida por la disparidad de opiniones y por el temor.
un tiempo antes de que todo el insípido frenesí se desatara, antes de que la palabra belno disparara todo tipo de confusiones, antes de que siquiera se la nombre, los iniciales tiratintas (porque después hubo otros, los que desbocaron el desenlace) ya habían dejado de lado sus practicas con las pinturas para dedicarse a la tarea grafica. Pegaban carteles de publicidades apócrifas o se divertían haciendo moldes esténcil con frases o dibujos que instaban al desencajo.
Cuando todo acabo, la moda había dejado sus mártires en póster color y programas especiales de investigación. Los tiratintas habían desaparecido mucho antes. Hoy por hoy, de vez en cuando, aquel espíritu reaparece como resistencia reticente al olvido en el micro centro.
Los redactores

". . .Aquel fue otro obstinado intento por el camino de la perpetuidad de la especie. Fue el acercamiento a lo que yo querría, a la realidad. Los personajes fuimos nosotros, nobles y estoicos, convencidos y comprometidos con la vida, con la alegría y la frustración constante de los intentos. No sabemos en esencia que somos(quizás solo una fragancia insípida), lo que seremos, lo que queremos ser y lo que si no queremos ser. Las complicaciones nos van llevando y ahí vamos, porque no tenemos nada a que aferrarnos. Nos inyectamos música para animarnos y desanimarnos, las noticias nos desarman, nos asolan, nos devastan y solo nos tenemos los unos a los otros. rebeldía, inconformismo, curiosidad y confusión, salud y anarquía. . ."
Rizzi

“. . . ¿Actitud radical? Por favor. Extremistas nos llegaron a llamar. Bueno, más extremista, me parece a mi, hacerle creer a la humanidad que solo existe una manera de vivir, y esa única manera es la que encierra la esclavitud del salario, la tiranía de la información, la perversión de la publicidad y todas las cosas que nos cohesionan de la civilización. ¿quiénes son los extremistas? Seguramente no los que atacamos el control, seguramente no los que queremos despabilar a los controlados. . .”
Agogó

“. . . Yo que le puedo decir, estaba desesperada. Mi hijo, el mas grande, porque tengo otros dos, se puso como loco con eso. yo no se de donde sacan esas ideas los chicos pero un día llegamos a la casa y como si fuera un nene de 3 años que dibuja y escribe las paredes, había pintarrajeado toda la casa, los trajes del padre. Todo. Encima cuando llegamos y no encontramos con semejante cuadro sin mosquearse caminaba de acá para allá gritándonos: “ esclavos, ustedes se creen libres porque tienen libertad para comprar lo que quieran. Libertad de consumo” repetía cantando, libertad de consumo. Mi marido me dijo: esta drogado. Lo internamos en rehabilitación, suerte que uno puede y lo mandamos a una clínica privada, porque otras familias de los amigos de el que hacían lo mismo no podían. Los médicos dijeron que Jorgito no se drogaba pero que estaba pasando por una crisis, ahora ya esta bien estuvo ahí un par de meses, terminó la carrera y todo. trabaja con el padre. Fue nada más que una mala experiencia de la adolescencia. Y , las malas compañías. Una madre trata de estar en todo, pero no se puede. Y bueno, por suerte ahora los chicos son grandes y esas aventuras ya pasaron. . .”
un testigo



“. . . Si usted me lo preguntara yo le diría que no creo en la esperanza, no tengo fe. No hice lo que hice ni hago lo que hago con alguna expectativa mayor que con la de activarme a mi mismo. Solo quiero ser coherente conmigo. No espero cambiar el mundo, no creo que lo que yo sepa este oculto y no sea evidente para los demás. La forma de vida que llevamos adelante no es producto de una conspiración, ni de una maniobra orquestada. Esta organización social no es un error, es simplemente lo que tiene que ser. No hay equivoco ni imperfección, no hay un espíritu interior diferente al resultado. . .”
Leser




17- Descargo para la descarga.

Carta que belno entrego a Leser para que haga llegar a los medios en caso de que algo le sucediera.


A quien corresponda:

Que puedo decir, estos últimos meses han sido los más virulentos de mi corta vida. Mientras estos corrían desenfrenados, no pude ni atinar a pensar, pero como todas las cosas se disgregan y se desvanecen sin dejar al menos una aclaración, estos últimos no tuvieron una actitud diferente. En verdad mi deseo seria poder decir: "bueno, ahora que estoy más calmado y puedo ver las cosas desde otra perspectiva. . ." pero no, eso sería otro recurso falso, otra mentira, porque amén de que los hechos que han pasado y me han superado, y ya solo son un recuerdo, no puedo quedar tranquilo ni frente a esta hoja de papel.
Mi madre me ve encerrarme a escribir y me interrumpe con preguntas tales como: ¿No tenés que ir a algún lado hoy? Reflejando su deseo de que si estoy desocupado (laboralmente) aunque sea no me quede en casa refregándoselo por la cara todo el tiempo. Ni hablar de escribir, leer o tocar la guitarra.
A esta altura, ya me canse de intentar que ella se inserte en mi visión del mundo. Debe ser una cuestión generacional. A mi edad ella ya era mi mama y cargaba con todos los roles impuestos a una joven de su condición. Un hijo a contracorriente no estaba en sus planes, habría que pensar todo a través de su contexto, mirarlo desde el mismo lugar desde donde lo ve ella. Para eso, para esa visión esta dios, el ser superior que debe ser inferior a nuestra vista ya que le delegamos nuestra disposición y negación a hacer ese tipo de esfuerzos sobrehumanos que llamamos comprensión y tolerancia. No creo que yo sea el indicado de expresar lo que acabo de escribir, mucho menos me siento autorizado como para hacerlo, pero ya esta hecho, que se le va a hacer.
Yo soy un tiratinta. Participe activamente en los sucesos agitados que nosotros llamamos jubileo tiratinta, y he caído, como todos mis pares, en la intolerancia propia y la incomprensión de nuestro planteo. Hoy todavía trato de entender porque de la espontaneidad de una diversión tan estéril como cualquiera, pasamos a intentar llenar con razonamientos y justificaciones psicofiloideológicos nuestra reacción frente a todo. Sé que en eso estuvo la falencia que nos llevo al cuestionamiento y posterior disgregación de nuestra amistad. Allí estuvo nuestro error, no en todo lo sucedido a nuestro alrededor. Todo aquello que la sociedad tomó de nosotros para encasillarlo dentro de su política, su estupidez masiva, su control policial, su religiosa moral, su mierda consuetudinaria no fue realmente lo que nos separó.
Yo solo tengo 19 años y no me pienso escudar en eso, pero a veces tengo la impresión de que si fuera mayor, a parte de confirmar todo lo que pienso desde que pienso, estaría más preparado como para asumir con entereza mi destino.
Nos había encantado la clandestinidad, el manejar un secreto propio, el que se hablara de nuestros desmanes, el ser los terroristas inofensivos, nos daba ante nosotros mismos un aire de misterio, elegancia e importancia.
Sé que nuestras familias sospechan que nos ha pasado algo. Nuestra actitud ha variado, del desparpajo despreocupado a este indisimulable retraimiento desilusionado. Por suerte están lejos de saber la verdad, nada podría ser peor si lo supieran. En mi caso mis padres piensan que pase por algún problema de drogas o que en verdad todavía los tengo. Yo ya estoy grande como para revivir mis conflictos adolescentes, pero ellos no lo entenderían. Tampoco sé porque estoy haciendo esta reseña aunque, sin embargo, sé que tampoco respondo a una necesidad de confesión.
Ojalá fuera capaz de elevarme dentro de los valores más puros excelsos y mediocres que me han movilizado a mí y mis compañeros discriminando a quienes discriminan, atacando a quienes atacan, violentando a quienes violentan, humillando a quienes humillan, reaccionando frente a los hechos que nos habían dejado estáticos y que de ahora en mas no nos volverán a dejar como simples espectadores. ¿Hasta que punto tendríamos que poner la otra mejilla cuando ninguna de las nuestras ha sido la abofeteada?
Esta no es otra historia que viví, es una intención ferviente de reacción, tratando de enaltecerla me siento tan estúpido que no podría dar la cara, solo es un hecho de mi vida que deseo descifrar. No intento hacer de esto una ficción literaria, quiero ir contra las palabras precisas y difíciles que nunca son correctas. Vivo los últimos años del siglo mas acelerado de todos, el único que conozco. Nunca pensé que esto fuera relevante, algunos dicen que esta parte del mundo esta alejada del mundo, vivir al sur del subdesarrollo es mi mundo, por consiguiente, es el mundo.
Cuando era chico el invierno era frío y el verano lo contrario. Hoy, hasta esas verdades simples no lo son tanto.
Los nombres de los participantes ni siquiera el mío son importantes, algunos sucesos los acomodo como los recuerdo, seguiremos tan anónimos como antes de ser los desencadenantes del efecto domino que nos siguió. Una gran compilación de palabras por más extensa que sea jamás podrá exponer lo que sentimos, lo que vimos como realidad, ni cada detalle mínimo por mas que fuera descrito íntegramente como un brillo en los ojos o un casi imperceptible escalofrió.
Soy consciente, si en verdad puedo serlo, que hemos corrido contra todo y al hacerlo respondimos fielmente a nosotros mismos. Corrimos porque teníamos que hacerlo, porque todo va muy rápido como las nubes que vemos en el cielo acostados en el piso.
Extraño a tanta gente, a tantos momentos, a tantas cosas y este estado melancólico que me sustenta, saca su fuerza de lo que me lastima, no quiero dejar que me domine no quiero callarme.
Algunos pensaran que vivimos una aventura. Hoy la aventura no es tal, solo es este estatismo de escritura sin más emoción que la que puede producir una de esas nuevas drogas dance que me hiper sensibilizan y lo peor es que no le encuentro a esto ni siquiera una moraleja.

belno junio 1993





nota adicional:
Justo cuando estábamos terminando este trabajo se declaró otra guerra. Entre toda la información de los bombardeos, de las imágenes de las manifestaciones de protesta en todo el mundo, entre todo el morboso sadismo de siempre, nos encontramos con la secuencia de un manifestante infiltrado en la casa de gobierno Danesa vaciándole un tarro de pintura roja en la cabeza al primer ministro de ese país, que apoya dicha intervención militar. La secuencia ilustra la tapa y la contratapa de este trabajo.
Con esto damos por terminada nuestra investigación, con el ferviente deseo que esta información sea de utilidad para aquellos interesados en este tipo de expresiones y movimientos de nuestra época.
Por ultimo queremos agradecer a los entrevistados por su predisposición y su invaluable colaboración y a la Comisión de Estudios Históricos Nacionales por su apoyo incondicional.












20.350.447


Para Felix, Sara, Edu, Seba, Batata, Pecho, Damián, Game, Matias, Guille y el Llama





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